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y permitían hacer productos y divisiones deslizando una tablilla
                     sobre otra y realizando sun1as y restas. Lo curioso fue que la pri-
                     mera vez que comercializó la regla de cálculo le dio una estructura
                     circular, en la que existían una serie de discos concéntricos, en
                     donde estaban situados los logaritmos y que giraban alrededor
                     del centro. Este artilugio recibe normalmente el nombre de regla
                     de cálculo circular.
                         Sin embargo, el diseño básico que tuvieron las reglas de cál-
                     culo fue el de una barra fija con una regleta movible en su interior.
                     En las reglas de cálculo más modernas, tanto la barra fija como la
                     regleta movible están calibradas con varias líneas divididas en par-
                     tes proporcionales. Con ellas no solamente se pueden calcular loga-
                     ritmos, sino también potencias, inversos y razones trigonométricas.
                         Las reglas de cálculo han sido las herramientas utilizadas dia-
                     riamente por arquitectos, ingenieros y otros profesionales hasta el
                     último tercio del siglo xx, en que comenzaron a popularizarse las
                     calculadoras científicas que incluían ya los cálculos logarítmicos.





                     LAS MÁQUINAS MECÁNICAS

                     Pocos años después,  el alemán WiThelm  Schickard (1592-1635)
                     crearía la considerada como primera máquina mecánica de la his-
                     toria. Fue profesor de arameo y hebreo, ministro luterano, teólogo,
                     topógrafo, astrónomo y matemático. Entre 1613 y 1619 ejerció de
                     diácono en Nürtingen, donde entró en contacto con Kepler. Este
                     solicitó ayuda a Schickard, que tenía fama de excelente grabador,
                     para que le preparara una serie de grabados y xilografías para su
                     obra Harmonice mundi. Tan1bién le pidió ayuda en el cálculo de
                     una serie de tablas. De esta relación surgió la idea en Schickard
                     de crear una máquina para mecanizar los cálculos astronómicos
                     que  estaba realizando.  El propio Schickard explicaba cómo le
                     había surgido la idea en una carta a Kepler en 1623:

                         Lo que se ha hecho mediante el cálculo, yo he intentado hacerlo
                         usando la mecánica. He ideado una máquina compuesta de once





          52         EL DISEÑADOR DE CALCULADORAS
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