Page 154 - 04 Max Planck
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tesis que se ponen a prueba en experimentos controlados en el
laboratorio. Algunos estudios en neurofisiología parecen indicar
que el libre albedrío no existe o, en cualquier caso, no es más que
una ilusión. Esta opinión es compartida por varios prestigiosos
científicos. Este punto de vista sostiene que somos una clase muy
compleja de autómatas, pero autómatas al fin y al cabo. Ahora
bien, dado que hay varios elementos que introducen fluctuaciones
caóticas en la física y la química de la actividad neuronal y que,
además, la misma dinámica determinista puede ser caótica, nues-
tro comportamiento y nuestras decisiones difícilmente pueden
estar predeterminadas. Ni somos libres ni todo está escrito.
No es probable que esta conclusión fuera del agrado de Planck.
El camino recorrido por la física desde el determinismo clásico
hacia el indeterminismo moderno tiene su contrapartida en el pro-
gresivo determinismo biológico y psicológico. Probablemente en
el futuro aguarda una síntesis de estas dos tendencias. Sin duda,
los próximos años depararán importantes hallazgos en este campo.
HUYENDO HACIA EL BOSQUE
Los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial fueron extraor-
dinariamente duros para Planck y su familia. A la muerte de su
hijo Erwin hay que unir la destrucción total de su casa de Berlín
tras un bombardeo aliado el 15 de febrero de 1944. Se perdieron
todos sus archivos: las cartas, los libros y multitud de manuscri-
tos. Por suerte, desde la primavera de 1943 Planck se había tras-
ladado, en previsión de bombardeos, a una vivienda en Rogatz,
una pequeña ciudad al oeste de Berlín. Sin embargo, el avance
aliado convirtió esa región en zona de guerra y Planck y su esposa
Marga tuvieron que refugiarse en el bosque y dormir en una choza.
Para colmo de males, comenzó a sufrir agudos dolores de espalda
que le resultaban casi insoportables. Cuando las tropas aliadas
ocuparon finalmente la zona, Robert Pohl (1884-1976), profesor de
física experimental en Gotinga, alertó a los Planck, que fueron
llevados a dicha localidad, a casa de una sobrina.
154 CONSTANTES UNIVERSALES CONTRA LA INCERTIDUMBRE