Page 151 - 04 Max Planck
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mismos es un imposible lógico comparable, nos dice Planck, a
pensar en un círculo cuadrado. Así, nuestro comportamiento es
libre, decidido por nosotros mismos en cada instante. La ciencia
debe en consecuencia dejar paso a la moral.
¿Qué podemos decir sobre estas cuestiones desde la perspec-
tiva que nos dan los años? Con respecto a la mecánica cuántica,
hay que señalar que la probabilidad sigue firme en su rol funda-
mental y la teoría determinista con que soñaban Einstein, Schró-
dinger o Planck no ha visto la luz. El instante en que un núcleo
radiactivo se desintegra es totalmente fortuito. Podemos calcular
la probabilidad de que lo haga en un instante dado; podemos cal-
cular con absoluta precisión el promedio de átomos que se desin-
tegran por segundo de una muestra dada; podemos, por supuesto,
determinar qué isótopos de un elemento son inestables y se van
a desintegrar tarde o temprano y cuáles no. Pero no podemos pre-
decir con precisión en qué instante va a ocurrir el hecho elemen-
tal de la desintegración. Las cosas no son como en el ejemplo del
dado; la aleatoriedad es aquí esencial y forma parte de la natura-
leza de las cosas. Todos los avances técnicos de estas décadas no
han hecho sino corroborar esta idea. A efectos prácticos, la situa-
ción es similar a la de la teoría del calor. En general, nunca obser-
vamos el comportamiento de un solo átomo, sino el de trillones
de ellos, con lo que los promedios empleados poseen una enorme
precisión. Precisamente porque se miden promedios sobre mues-
tras con muchísimos átomos, las predicciones de la mecánica
cuántica, paradójicamente, se encuentran entre las más precisas
de toda la ciencia.
Otra revolución ha venido a abundar en el indeterminismo de
las leyes físicas. A finales de la década de 1960, el meteorólogo
estadounidense Edward Lorenz constató que pequeñas variacio-
nes de las condiciones iniciales de un modelo muy simplificado de
la convección atmosférica del aire podían dar lugar a comporta-
mientos radicalmente distintos, lo que denominó efecto mariposa.
El término técnico para referirse al «efecto mariposa» es caos de-
terminista. Se trata de un término que a menudo se malinterpreta:
los tomados, al fin y al cabo, se producen en determinadas zonas
del planeta, y no en otras, y bajo unas condiciones atmosféricas
CONSTANTES UNIVERSALES CONTRA LA INCERTIDUM BRE 151