Page 148 - 04 Max Planck
P. 148
opinión, una forma más avanzada de la teoría cuántica, aún por
venir, iba a recuperar el determinismo.
La defensa del determinismo acaba enfrentando a quien la
sostiene al problema del libre albedrío, es decir, a la libertad del
hombre para decidir su comportamiento. Se trata de un problema
con hondas repercusiones morales que Planck, como hombre re-
ligioso que era, no podía dejar de tratar.
«Creo firmemente, junto a la mayoría de los físicos,
que la hipótesis cuántica encontrará finalmente su expresión
exacta en ciertas ecuaciones que serán una formulación
más exacta de la ley de causalidad.»
- MAx PLANCK EN H,1CIA DÓNDE V,1 LA CIENCIA.
El principio de causalidad establece que todo lo que ocurre
tiene una causa que lo produce. Frente a los que creen en la vera-
cidad de este principio están los indeterministas, que piensan que
la causalidad auténtica no existe en la naturaleza. El hecho de
observar que dos cosas ocurren siempre en estricta sucesión (por
ejemplo, tocar una tecla del piano y oír su sonido) no permite
sacar la conclusión de que una es causa de la otra, sino solo ates-
tiguar que se suceden. El indeterminista admite que se diga sola-
mente que los dos sucesos se han sucedido el uno al otro tantas
veces como los ha observado. Esta crítica a la causación, que
tiene su más acabada expresión en los trabajos del empirista in-
glés David Hume, evita hablar de causas y prefiere, en cambio,
hablar de probabilidades. Suena extraño, pero lo cierto es que las
teorías empiristas, llevadas a sus últimas consecuencias, son difí-
cilmente rebatibles. La defensa que realiza Planck del principio de
causalidad se apoya, en cambio, en que sin él no se puede avanzar
en el estudio científico. Es por la variedad e importancia de sus
frutos por lo que Planck ve en el principio de causalidad la base
de la investigación.
Para explicar las implicaciones prácticas del determinismo
Planck distinguió el mundo sensible - el mundo externo al que
148 CONSTANTES UNIVERSALES CONTRA LA INCERTIDUMBRE