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LA INERCIA EN DESCARTES Y NEWTON
A pesar de que sus reflexiones y experi-
mentos mentales fueron ciertamente
válidos para introducir la noción de iner-
cia, Galileo se equivocó al pensar que el
movimiento resultante tenía que ser cir-
cular. El principio de inercia solo fue for-
mulado correctamente por el filósofo
René Descartes, quien sí le atribuyó un
movimiento rectilíneo: «Nada en el uni-
verso va hacia el reposo, todo continúa
moviéndose como esté, en línea recta y
a velocidad constante, hasta que algo se
interfiera». Para el científico inglés Isaac
Newton, el principio de inercia tenía que
ocupar un lugar de privilegio en el edifi-
cio de la física y por eso mismo le confi-
rió el tratamiento de principio fundamen-
ta l. Tal como lo formu ló, este principio
afirma lo siguiente: «Todo cuerpo conti-
núa en su estado de reposo o de movi-
miento uniforme en línea recta a menos
Isaac Newton en 1677, cuando era
que sea forzado a cambiar su estado por posgraduado en el Trinity College,
fuerzas externas». según un grabado de Burnet Reading.
terrestre. Con una excepción: las mareas ( que, como se verá en el
siguiente capítulo, fue otra hipótesis errónea). También en este
aspecto Galileo se equivocó, porque la rotación supone que hay
una aceleración, de modo que sí que se observan efectos sobre la
superficie, como es el caso del efecto C01iolis o el expe1imento
del péndulo de Foucault.
La inercia supone equiparar velocidad y movimiento uni-
forme; de este modo, el movimiento que requiere explicación es
el acelerado, dado que, como señaló posteriormente Newton, es el
que necesita la intervención de una fuerza. A la labor de desentra-
ñar el movimiento acelerado dedicaría Galileo parte de sus expe-
rimentos y reflexiones.
EL NACIMIENTO DE LA FÍSICA MODERNA 103