Page 82 - 10 Galileo
P. 82

anillos de Saturno, que en determinadas épocas del año forman un
                      ángulo que los hace casi invisibles desde la Tierra.
                          Galileo no podía publicar un descubrimiento sin tener claro
                      de qué se trataba. Pero por otro lado, cuanto más tiempo tardase
                      en publicarlo, más riesgo corría de que otro astrónomo se le ade-
                      lantase. Por esa razón, se le ocurrió un procedimiento por el que
                      se aseguraba la paternidad del descubrimiento sin desvelar un
                      ápice de su contenido: envió al secretario del gran duque de Tos-
                      cana un anagrama que escondía la noticia de su descubrimiento y
                      lo animaba, a él y a otros astrónomos como Kepler, a que desve-
                      lara su contenido, lo que era casi imposible por el elevado número
                      de combinaciones.  El anagrama rezaba el siguiente galimatías:
                      «SMAISMRMILMEPOETALEUMIBVNENUG'ITAVIRAS».
                          Meses más tarde acabó por desvelar su significado:  «ALTIS-
                      SIMUM PLANETAM TERGIMINUM OBSERVAVI». O lo que es lo
                      mismo: «Observé que el planeta más alto [ en referencia a Saturno]
                      era triple».
                          El historiador Stillman Drake (1910-1993) asegura que Galileo
                      también observó Urano, aunque lo confundió con una estrella; fi-
                      nalmente fue  descubierto por William Herschel (1738-1822)  en
                      1781.  Drake llegó a esta conclusión tras estudiar detenidamente
                      los cuadernos de Galileo y apreciar que sus anotaciones coinci-
                      dían con la época en la que Urano tendría que estar oculto por
                      Saturno. Efectivamente, una de las estrellas dibujada por Galileo
                      se corresponde en realidad con el planeta Urano.
                          Otro de los aspectos que  Drake puso sobre la mesa es la
                      extrema precisión de las observaciones de Galileo.  Según este
                      autor, para obtener estos resultados Galileo usaba un aparato
                      al que solo hace una vaga referencia; de hecho, fue un discípulo
                      suyo quien hizo una descripción más completa. El dispositivo en
                      cuestión era muy sencillo: consistía en colocar una rejilla sujeta
                      al telescopio al lado del objetivo. De este modo, al mirar con un
                      ojo por el ocular y mantener el otro abierto mirando el retículo
                      conseguía crear un efecto de rejilla similar al que consiguen los
                      instrumentos micrométricos. Tal como explica el propio Galileo,
                      el instrumento servía «para medir intervalos y distancias de ma-
                      nera exacta».






           82         EL TELESCOPIO Y LA REVOLUCIÓN ASTRONÓMICA
   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87