Page 103 - 17 Laplace
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Laplace permaneció en su puesto apenas seis semanas. El 25
        de diciembre de 1799 fue destituido. Napoleón eligió a su hermano
        Lucien para sustituirlo. En verdad, Napoleón tenía el ojo puesto
        en su hermano para el cargo desde su llegada al poder, pero al
        principio decidió disimular a fin de que no le acusaran de nepo-
        tismo.  Bastantes años después,  cautivo ya en la isla de  Santa
        Elena, el general menospreció la labor de Laplace. Aquí pesaba,
        naturalmente, la actitud posterior del científico para con él, apo-
        yando la restauración monárquica. Napoleón escribió irritado:


            Laplace, geómetra de primer rango, era un administrador mediocre.
            Nombrado ministro del Interior, no presentaba cuestión alguna bajo
            su verdadero punto de vista; buscaba sutilezas en todo, no tenía sino
            ideas problemáticas, y pretendía en fin aplicar el cálculo infinitesimal
            a los asuntos de Estado.

            Rencores aparte, no parec_e que Laplace tuviera grandes dotes
        para la administración pública. Pero en la práctica no se trató de
        una dimisión, ya que nada más entregar la cartera fue promocio-
        nado a  otro cargo más acorde con sus aptitudes.  Napoleón le
        otorgó inmediatamente la dignidad de senador. Al igual que a La-
        grange,  Monge y Berthollet. Posteriormente, sería presidente y
        canciller del Senado. En su nombre, Laplace encabezaría el cor-
        tejo en la coronación de Napoleón como emperador en 1804 y le
        dirigiría estas laudatorias palabras recordándole sus inicios:


            Acabo de proclamar emperador de Francia al héroe a quien tuve la
            suerte, hace veinte años, de abrir la carrera que él ha recorrido con
            tanta gloria y felicidad para Francia.

            Aún más,  en 1805 recibiría la más alta distinción: la Legión
        de Honor.  «Os envidio,  científicos, debéis estar dichosos de con-
        vertiros en famosos  sin mancharos de sangre»,  dijo  Napoleón.
        Y poco más tarde pasó a formar parte de la aristocracia del linpe-
        rio. En 1806 el emperador Napoleón I concedió a Laplace, así como
        a Lagrange, Monge y Camot, entre otros altos dignatarios, el título
        de conde del linperio. Otros matemáticos como Fourier (barón) y






                                          LIBERTAD, IGUALDAD Y MATEMÁTICAS   103
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