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colegas científicos como ningún otro dirigente lo había hecho
antes ni lo haría después. Aunque los conocimientos científicos del
general no pasaban de ser los elementales adquiridos en los ma-
nuales para las escuelas de artillería, profesaba verdadera devo-
ción por las matemáticas y los matemáticos. Conocía a Monge de
los tiempos revolucionarios. Ambos se harían inseparables y man-
tendrían una sincera amistad. Fourier, que era más o menos de su
misma edad, también contó con una buena relación. A Carnot, que
no dudó en oponerse al emperador cuando se excedía dictatorial-
mente, siempre lo consideró íntegro y equilibrado, contando con
él para desempeñar diversos cargos ( obviamente, fue ministro de
Guerra durante el Consulado). Y con Lagrange siempre fue afec-
tuoso, y más de una vez se les vio reír a costa de su común amigo
Monge. Para complacer aljacobino Monge, Napoleón solía ordenar
a la orquesta que tocara La Marsellesa, mientras Lagrange y el
propio Napoleón sonreían viéndolo cantar a pleno pulmón.
En lo que toca a Laplace, Napoleón lo conocía desde adoles-
cente, como examinador de la Escuela de Artillería. Nunca les unió
una estrecha amistad, pero el político admiró al científico y este se
mantuvo cerca del político. En virtud de ello, Napoleón lo cata-
pultó a la cima y Laplace emergió como el máximo exponente de
la ciencia napoleónica. No en vano, Napoleón dejó escrito a propó-
sito de los sucesivos volúmenes del Tratado de mecánica celeste
de Laplace que fueron apareciendo durante sus años de esplendor:
Deseo con ardor que las generaciones futuras, cuando lean la Mecá-
nica celeste, no olviden el sustento y la amistad que he dispensado
a su autor [ ... ]. Esta obra me parece destinada a dar un nuevo lustre
a la edad en que vivimos.
Finalmente, mientras el Imperio francés comenzaba a resque-
brajarse, escribió en una carta a Laplace -fechada el 12 de agosto
de 1812- tras recibir su Teoría analítica de las probabilidades:
Hubo un tiempo en que hubiera leído con interés vuestro tratado
sobre el cálculo de probabilidades. Pero actualmente he de limitarme
a expresaros la satisfacción que siento cada vez que ofrecéis al mun-
100 LIBERTAD, IGUALDAD Y MATEMÁTICAS