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CUESTIONES DE NOMENCLATURA
Al empezar el siglo xx, no se sabía distinguir entre los objetos de apariencia
extensa (excluyendo los planetas), no estando claro cuáles formaban parte
de nuestra galaxia y cuáles constituían otras galaxias. A unas y otras se les
daba el nombre de «nébula». Al ponerse de manifiesto la diferencia, Hubble
habló de nébulas galácticas y nébulas extragalácticas. Nunca en su vida utilizó
la palabra «galaxia», salvo al referirse a la nuestra, sin duda por su enemistad
manifiesta con Shapley, quien acertadamente propuso el término «galaxia».
Como estamos tratando de la biografía de Hubble y él empleaba la expresión
«nébulas extragalácticas» o simplemente «nébulas» (pues las nébulas galác-
ticas pronto dejaron de interesarle), nosotros también emplearemos su termi-
nología, en el bien entendido de que «nébula (extragaláctica)» es sinónimo del
término actual «galaxia». La voz «nébula» es algo extraña en castellano, pero
hemos preferido conservarla por no corresponder exactamente a la castellana
«nebulosa» y por ser su origen claramente latino y no anglosajón. Encontra-
mos disculpable la introducción de un término perteneciente a nuestra len-
gua madre, el latín. Hoy se emplea «galaxia» para las nébulas extragalácticas
y «nebulosa» para las nébulas galácticas. Pero hay una excepción: se sigue
hablando de la «nebulosa de Andrómeda», aunque según el criterio aceptado
anterior deberíamos decir «galaxia de Andrómeda». Nuestra galaxia es una
más entre miles de millones de ellas. La llamamos «nuestra galaxia» o bien «la
Vía Láctea». La Vía Láctea (véase la imagen) es en realidad esa franja lecho-
sa que todos reconocemos en el cielo, pero por haberse identificado desde
EL DESPLAZAMIENTO AL ROJO, «z»
Supongamos que observamos una raya espectral con longitud de
onda 11. en el laboratorio, aquí en la Tierra. Cuando la observamos
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en una estrella o en una galaxia que se mueve (alejándose o acer-
cándose), esta raya está desplazada, tiene una longitud de onda di-
ferente 11., y la fórmula que relaciona ambas longitudes de onda es:
A=A (l+v/c),
0
donde v es la velocidad de alejamiento y e la velocidad de la luz.
Si v es positiva, 11. > 11. , por lo que la raya, si era amarilla, se ha
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desplazado hacia el rojo. Si v es negativa, la raya se habrá despla-
zado hacia el azul. «Enrojecimiento» se utiliza como equivalente a
64 LA CLASIFICACIÓN GALÁCTICA Y LOS UNIVERSOS ISLAS