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inspiración o motivación para sus descubrimientos, por mucho que
        luego exigiera a los demás el correspondiente reconocimiento de lo
        que a él presuntamente le debían. A pesar de ello, paradojas de la
       vida, una de las frases más célebres de Newton es la que dirigió a
        Hooke en un intercambio epistolar habido en 1676: «Si he llegado
        a ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes»,
       y que suele ser interpretada como una muestra de agradecimiento
        del primero al segundo. Lo cierto es que dicho intercambio disten-
        dió, al menos formalmente, la pelea mantenida entre ambos sobre
       la naturaleza de la luz y los colores. Si bien es verdad que Newton
       escribió esa frase, en ningún caso es original, pues se puede ras-
       trear hacia atrás en el tiempo hasta Juan de Salisbury (siglo xn),
       quien en su Metalogicon  (1159),  citando a Bernardo de Chartres,
       escribió: «Somos como enanos sentados sobre los hombros de gi-
       gantes para ver más cosas que ellos y ver más lejos, no porque nues-
       tra visión sea más aguda o  nuestra estatura mayor, sino porque
       podemos elevamos más alto gracias a su estatura de gigantes».
           La pelea con Hooke, además de por cuestiones de prioridad,
       lo fue por desavenencias y rencillas personales. Alcanzó cotas de
       gran crudeza y crueldad, y tuvo como telón de fondo el control de
       la Royal Society. En cierto modo, no había sitio, en la estrecha so-
       ciedad científica que en sus inicios fue la Royal Society, para dos
       personajes como Hooke y Newton; Hooke fue el primero en llegar
       y brilló con intensidad, pero solo hasta que Newton apareció y su
       luz debilitó la de Hooke, cuyos envites y acusaciones de plagio
       fueron intentos de debilitar al contrario y aferrarse a su antigua
       posición. Solo la muerte hizo a Hooke abandonar su puesto en la
       Royal Society, y hasta entonces no se hizo Newton con la presi-
       dencia y el control de la institución, que en no pocas ocasiones
       ejerció de forma autocrática, como se verá en el último capítulo.




       LA CRISIS MENTAL


       En el verano de 1693,  en sus últimos años en Cambridge, Newton
       sufrió una profunda crisis mental sobre cuya naturaleza y alcance






                                          DESCIFRANDO LA LUZ Y LOS COLORES   135
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