Page 20 - 02 Newton
P. 20

magnético terrestre fruto de las cuales nació la primera publicación
                      de un mapa magnético, con la inclusión de las líneas isógonas que
                     unen puntos con igual declinación magnética Como Wren, Halley
                      acabó siendo profesor saviliano de astrononúa en Oxford ( desde
                      1703), aunque debido a su más o menos declarado ateísmo le costó
                     varios intentos conseguirlo. En 1720, Halley fue nombrado astró-
                     nomo real y director del Observatorio de Greenwich, cargo en el
                     que sucedió a John Flamsteed (1646-1719). Halley es hoy célebre en
                     el imaginario colectivo por el cometa que lleva su nombre, ya que
                     fue quien calculó su órbita. Halley aseguró que era el mismo que se
                     había podido ver en 1531 y 1607, y que volvería a verse en 1758. Así
                     ocurrió, y aunque Halley, que murió en 17 42, no pudo ver el cometa,
                     acabó prestando su apellido para bautizarlo.
                         El cálculo de la órbita del cometa, que Halley publicó en 1705,
                     no fue ajeno, sino consecuencia del encuentro y las discusiones
                     que aquella tarde de 1684 mantuvieron los científicos menciona-
                     dos.  Los tres contertulios daban vueltas al problema del movi-
                     miento planetario: ¿cómo y por qué se desplazan los planetas en el
                     cielo? La pregunta se había convertido en la más importante que




                ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO

                Las consecuencias de la  revolución co-
                pernicana fueron más allá -o más acá-
                de lo que ocurría en  los cielos: además
                de la astronomía y  la  cosmología clási-
                cas,  el  movimiento de la Tierra también
                había destrozado los fundamentos de la
                física aristotélica, hasta entonces vigen-
                te en  Europa.  Los cuerpos caen  hacia
                abajo, afirmaba  esta,  por la  tendencia
                natural de los graves a dirigirse hacia el
                centro del universo, que, según Aristó-
                teles  y  los escolásticos, coincidía con el
                centro de la Tierra. Pero si  la Tierra se
                mueve y no ocupa el centro del universo,
                ¿por qué los cuerpos caen hacia abajo?








          20         lPOR QUÉ SE  MUEVEN LOS PLAN ET AS?
   15   16   17   18   19   20   21   22   23   24   25