Page 116 - 26 Fermi
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templados todos los sistemas de seguridad añadidos. Ya por la
                     mañana, Fermi congregó a unas cuarenta personas, la mayoría
                     científicos del Laboratorio Metalúrgico, e inició la rutina que había
                     diseñado para aproximarse al estado crítico. Por casualidad, un
                     grupo de la compañía DuPont estaba visitando el Laboratorio Me-
                     talúrgico. La firma estaba dentro del Proyecto Manhattan y terúa
                     el encargo del general Groves de desarrollar industrialmente pilas
                     atómicas en serie una vez  tuviesen éxito los  experimentos de
                     Chicago. A Groves le interesaba tanto la fabricación de plutonio
                     como las posibilidades futuras de los reactores. DuPont terúa una
                     enorme responsabilidad con el país que no podía eludir en tiempo
                     de guerra, y sus directivos estaban bastante agobiados. Por ese
                     motivo,  uno de sus representantes,  Crawford Greenewalt,  que
                     años después llegaría a ser el presidente de la compañía, fue invi-
                     tado por Compton a presenciar la puesta en marcha del reactor,
                     violando así las instrucciones de los militares que determinaban
                     que nadie que no fuese investigador accediese al recinto.


          «No me importa cómo son los muebles:
          proporcionarles patas es obvio.»
          -  MUESTRA  DEL  PRAGMATISMO  DE  FERMI  Y  DE  CÓMO  IGNORABA  LOS  PROBLEMAS  OBVIOS  COTIDIANOS,

                         La retirada paulatina de las barras de cadmio aumentó la acti-
                     vidad de los neutrones de la pila para llegar a la criticalidad. Una
                     vez Weil retiró la última barra, Fermi sonrió y rompió el silencio:
                     «La reacción es autosostenida». La pila se volvió crítica hacia las
                     15:22 h y Fermi la mantuvo encendida veintiocho minutos a una
                     potencia máxima de solo 0,5 W, hasta que dio la orden a Zinn para
                     que introdujese la barra Zip.  El 2 de diciembre de 1942 no había
                     fotógrafos para inmortalizar el momento en el que se dio la pri-
                     mera reacción nuclear en cadena autosostenida. Secreto militar.
                         Eugene Wigner sacó una botella de Chianti para brindar. Nada
                     mejor que un vino italiano en honor a Fermi. Todos bebieron en
                     silencio, aliviados porque no hubiese explotado nada, y firmaron
                     aquella botella. Entonces, Leó Szilárd exclamó rotundo: «Este es
                     un día desafortunado para la historia del hombre». Había nacido





          116        EL PROYECTO MANHATTAN
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