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necesario, acuciados por el general Groves. La bomba se montó
      en la parte superior de una torre de unos 30 m de altura. Bajo una
      perspectiva actual, podría decirse que el diseño de la bomba era
      redundante y poco óptimo aunque, como se pretendía, en defini-
      tiva fue  efectivo. A aquellas alturas,  el Proyecto Manhattan no
      podía permitirse un fracaso.

                   «La bomba atómica entra en el rango de las mayores
                                                    catástrofes naturales.»

                                                                -  ENRICO  FERMI.

          La bomba de plutonio era como una tremenda cebolla. En el
      centro de la bomba se agazapaba el iniciador, una pequeña fuente
      de neutrones de polonio y berilio que empezaría la reacción en
      cadena, alrededor del cual se situó una bola sólida de plutonio-239
      de 4,5  kg,  todavía no lo suficientemente densa como para llegar
      a la criticalidad, rodeada de uranio natural y,  a su vez,  este cir-
      cundado por más de dos toneladas de explosivos convencionales,
      cuyas ondas de choque tras su detonación provocarían la implo-
      sión de la bola de plutonio. El uranio natural tema la función de
      hacer rebotar los neutrones de la reacción en cadena hacia den-
      tro, evitando que escapasen, y además servía para retener la im-
      plosión hasta que fuese totalmente efectiva.
          Fermi y el resto de científicos estaban a unos  10  km de la
      torre de acero que conterua la bomba cuando tuvo lugar la detona-
      ción. En su informe al Departamento de Guerra, el general Farrell
      describió la explosión como sigue:


         Todo el campo se iluminó por una luz penetrante de una intensidad
         varias veces superior a la del Sol del mediodía. Era dorada, púrpura,
         violeta, gris y azul. Se alun1bró cada pico, grieta y colina de las mon-
         tañas cercanas con una claridad y belleza indescriptible ...  Treinta
         segundos después de la explosión llegó primero una ráfaga de aire,
         presionando duramente a las personas y objetos, que fue seguida
         casi de inmediato por un fuerte, sostenido e imponente estruendo
         que parecía avisamos del juicio final.






                                               EL PROYECTO MAN HA TT AN   123
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