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El 31 de diciembre de 1945, la familia Farmer abandonó oficial-
mente Los Álamos y Fermi no dudó en regresar a Chicago para
retomar las investigaciones pacíficas de la energía nuclear y el
ejercicio de la docencia que tanto le agradaba. En enero del año
siguiente, Compton pudo presupuestar un acelerador de partícu-
las (betatrón) de 100 Me V.
Por si fuera poco, a Fermi le estaba esperando la CP-3 de Ar-
gonne y algunos proyectos pendientes, y jamás le había gustado
dejar nada por hacer. Para empezar, se adelantó una década a la in-
geniería nuclear y desarrolló la idea de crear reactores nucleares que
produjesen más material fisible del que consumen, ya que la canti-
dad de plutonio generada en un reactor puede ser mayor que la can-
tidad de uranio-235 gastada Fermi insistía en alejarse de las armas
nucleares y en centrarse en las aplicaciones pacíficas de la energía
nuclear, especialmente la obtención de energía eléctrica a partir de
la energía nuclear, como así expuso en un simposio en mayo de 1946.
Fermi no esperó a la desclasificación de documentos y en
194 7 publicó en Science su artículo «Teoría elemental de la pila
de reacción en cadena», que le resituaba en la primera línea de
las publicaciones científicas civiles. Fermi era uno de los ocho
miembros del comité científico civil que, encabezado por Oppen-
heimer, asesoraba a la Comisión de la Energía Atómica (AEC, Ato-
mic Energy Commission) sobre la energía nuclear. Su posición le
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