Page 120 - Mucho antes de ser mujer
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Mucho antes de ser mujer
Ernesto no tenía sentido seguir huyendo, quizás volver a Las Rosas
fuese la mejor solución a sus problemas.
—Sí, he vivido allí varios años, ¿cómo lo sabes? —repitió nue-
vamente.
—Yo también he estado allí, me llamo Ana, ¿me recuerdas?
Elena se quedó pensando, no parecía tener muchos recuerdos
de su infancia, el abusivo consumo de estupefacientes durante el
último año había hecho mella en su cerebro, estaba como ida y le
costaba centrarse. Insistí en mis preguntas.
—Te acuerdas de estela y de Noemí, ¿verdad?
—Claro, hemos estado muchos años juntas.
—Pues fui compañera de habitación de estela unos meses a
principios de los noventa, solíamos jugar las cuatro juntas, tú, Este-
la, Noemí y yo, ¿lo recuerdas?
—Sííí, ya recuerdo, estuviste poco tiempo, pronto fueron tus
tíos a buscarte.
—Así es.
Elena se fue relajando según avanzábamos en la conversación.
Hablamos de nuestras vidas, de todo lo ocurrido a partir entonces
y ella me contó detalladamente lo ocurrido desde que se fugara con
aquel drogadicto, todas las penurias que había tenido que soportar.
Aquella historia me dio mucha pena y me hizo sentir una profunda
rabia. Incluso yo, que lo había pasado tan mal en mi niñez, me sen-
tía enormemente afectada ante el sufrimiento de la joven en aquel
último año.
—¿Qué piensas hacer ahora?, tendrás que comunicarle a la
policía lo ocurrido.
—No, me metería en un lío, recuerda que llevan un año bus-
cándome, no puedo presentarme ante la policía.
—¿Y qué harás entonces?, ¿tienes adónde ir?
—No, pero no sería la primera vez que duermo al raso, no me
preocupa, en esta época se está bien, no hace frío.
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