Page 137 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez

            cuando ella se quedó embarazada decidí que no podríamos seguir
            juntos.
                 —Ella no era simplemente una chica joven, era una niña aún
            y tú te aprovechaste de su inocencia, la metiste en un mundo de
            mierda que arruinó su vida y terminó siendo la causa de su muerte.
            No me digas que sólo ha sido una cuestión de incompatibilidad.
                 —Es cierto que yo la arrastré a aquel tipo de vida, y es algo de
            lo que me he arrepentido siempre; para mí ésta es una manera de
            conseguir mis objetivos y nunca me he sentido culpable por hacer
            lo que hago, pero reconozco haberme equivocado con tu madre. Y
            saber que tenía una hija que probablemente lo estaría pasando mal
            ha sido una de las pocas cosas que me ha hecho sentir remordi-
            mientos, pero nunca he tenido el valor de buscarte ni tampoco de
            enfrentarme a las consecuencias de mi falta de escrúpulos.
                 —Me parece increíble estar  escuchando  a  alguien  como  tú
            decir todo esto. ¿Acaso tienes escrúpulos ahora?, ¿los has tenido
            acostándote con Elena a cambio de unos gramos de droga que fi-
            nalmente mataron a su novio? La única razón por la que estoy ha-
            blando contigo ahora es porque estamos metidos en este lío y tenía
            que impedir que nos asesinaras, de lo contrario jamás te dirigiría la
            palabra aunque hubieses venido a buscarme.
                 —¿De qué hablas?, ¿es que creíais que os iba a matar?, ¿a quién
            se le ha ocurrido esa estupidez?
                 —¿Qué otra cosa podríamos pensar después de lo que nos has
            dicho?
                 —No voy a intentar convencerte de nada porque es evidente
            que no soy una persona honrada, pero jamás mataría a unas niñas.
            Toda mi vida he sido un delincuente y he vivido siempre al margen
            de la legalidad, pero no soy un asesino de inocentes. Desde luego
            que no os voy a dejar ir sin más, obviamente no sería una buena
            idea tal como están las cosas, pero no se me ocurriría engrosar mi
            currículo con vuestra muerte.
                 —Entonces, ¿qué nos piensas hacer?, si no nos sueltas, antes o


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