Page 139 - Mucho antes de ser mujer
P. 139
José Manuel Bermúdez
Nada más verlos entrar me levanté de la silla y me aposté a
su lado, a pesar de la relación que, contra mi voluntad, me unía
a aquel individuo, todos mis deseos y mis esperanzas estaban ín-
timamente ligadas a mis dos compañeros, y sobre todo a Miguel.
Yo misma me sorprendí cuando por mi mente pasó fugazmente la
idea de aprovechar aquella nueva situación para ocupar definiti-
vamente el lugar de Sonia. Las palabras de Bremon comenzando
con la comunicación de su sentencia me abstrajeron de tan egoísta
pensamiento.
—Muchacho, chicas, como os he dicho antes no puedo dejar
que os valláis sin más, pero tampoco pienso mataros como me ha
dicho Ana que creíais que haría. Ya le he explicado a mi hija cuál es
el plan y las opciones que tenéis si no aceptáis mis condiciones. Si
cualquiera de vosotros vuelve a su casa o a algún sitio donde pue-
dan localizarle podría terminar preso, así que vuestra mejor opción
consiste en quedaros conmigo, yo os daré protección y os man-
tendré alejados de la justicia, pero a cambio deberéis poneros a mi
servicio y colaborar en todo momento con el buen funcionamiento
de mis negocios.
—¿Y qué pasa si no aceptamos? —le preguntó Miguel.
—A mí no me pasará nada, pero vosotros seguramente ter-
minaréis metidos en un buen lío que os puede llevar a la cárcel,
he enviado a un hombre para que deje tu celular junto al muerto
y llame a la policía, cuando encuentren allí el teléfono sabrán
enseguida a dónde dirigirse, y los siguientes serán aquellos que
aparezcan en tus contactos, que como me imagino serán también
estas dos.
—A Elena no la tengo en mis contactos —apostilló Miguel.
—Dijiste que te llamó ayer desde el móvil de Ernesto, esa lla-
mada aparecerá en la lista de entrantes, además Elena vivía con él;
todos estamos implicados en esto en mayor o menor medida —
quise hacer ver a Miguel cual era la verdadera situación en la que
nos encontrábamos.
— 138—