Page 71 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez

            films que pudiesen hacerme pensar, ya pensaba suficiente todos y
            cada uno de los minutos de mi vida como para tener que pagar por
            seguir haciendo lo mismo.
                 Sobre las nueve salimos de la sala y nos dirigimos a un local de
            comida rápida que se encontraba a no más de 30 metros, al entrar en
            el restaurante nos dirigimos directamente a una mesa junto a la cris-
            talera que daba a la calle; desde allí teníamos una vista total del exte-
            rior y estábamos apartadas del barullo que había junto a la barra. Pe-
            dimos dos hamburguesas y unos refrescos y nos centramos en charlar
            sobre banalidades, cosas de adolescentes. Sara era muy habladora,
            y mientras esperábamos por nuestro pedido, yo casi no dije nada,
            gran parte del tiempo lo pasé mirando hacia la calle, viendo pasar a
            la gente y preguntándome en silencio cuánto tardarían en servirnos,
            sentía hambre y, además, estaba deseando que Sara comenzase a co-
            mer para moderar un poco la intensidad de su conferencia.
                 No nos habían servido aún cuando me pareció ver a Sonia al
            otro lado de la calle, estaba entre varias personas esperando para
            cruzar y eso me impedía apreciar con facilidad si realmente era ella.
            Cuando el semáforo cambió a verde la gente se movió y entonces
            pude reconocerla sin dificultad alguna, sin duda era ella, venía sola
            y se dirigía directamente al local en el cual nosotras nos encontrá-
            bamos, y aquello me puso sumamente nerviosa. Ya ni siquiera pen-
            saba en ellos, y volver a ver a aquella zorra me retrotraía a una, aún
            muy reciente, época que no había sido nada beneficiosa para mí.
                 Sara debió notar al momento que algo no iba bien porque
            detuvo repentinamente su discurso para preguntarme:
                 —¿A quién has visto?
                 —Estoy viendo a Sonia, viene hacia aquí.
                 Al instante, Sara dirigió su mirada hacia la calle y no pudo
            evitar que de sus labios saliese una interjección.
                 —Joder tía, vaya putada.
                 —Pues sí, ni te imaginas las pocas ganas que tenía de volver a
            ver a esa puta.


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