Page 73 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez

            sabía cómo reaccionar, una parte de mí rogaba al Cielo para que no
            me viese pero, al mismo tiempo, un inexplicable deseo por volver a
            tener cerca a aquel canalla me hacía ilusionarme. Sara se dio cuenta
            de mi inseguridad e intervino inmediatamente con resolución, casi
            ordenándome.
                 —Que ni se te ocurra hablar con él.
                 —¿Por qué habría de hablar con él?
                 —Porque aún te sigue gustando, se te nota en la forma en la
            que le miras. Ana, lo has pasado muy mal por su culpa, no vuelvas
            a cometer el mismo error.
                 —Es cierto que lo he pasado mal, pero tampoco ha sido sólo
            su culpa, a lo mejor me obsesioné demasiado y no le di tiempo a
            conocernos. Además, él me salvó de la muerte; mis tíos me dijeron
            que fue quien me encontró y llamó a la ambulancia, eso significa
            que algo siente por mí.
                 Sara se quedó mirándome incrédula, no podía comprender mi
            condescendencia hacía Miguel después de todo cuanto me había
            ocurrido.
                 —No me lo puedo creer, ¿te das cuenta de lo que estás dicien-
            do? Él es el causante de que llegases a hacer lo que hiciste. ¿Cómo
            puedes justificarle? Por favor Ana, no vuelvas a involucrarte, Mi-
            guel no es bueno y tú te mereces otra cosa. Además, somos aún
            muy jóvenes para perder nuestro tiempo con un chico, podemos
            pasarlo mucho mejor estando libres.
                 —No he dicho que vaya a volver con él, sólo digo que, a lo
            mejor, tampoco ha sido toda culpa suya, y no tiene por qué pasar
            nada si hablo con él.
                 Mientras Sara y yo debatíamos la conveniencia de volver a
            hablar con Miguel, él ya estaba dirigiéndose hacia donde se encon-
            traba Sonia. Por suerte, aunque no me sentía entonces tan segura
            de ello, no nos había visto. Me pareció que Sara estaba aún más
            aliviada que yo, pues le preocupaba realmente que volviese a rela-
            cionarme con aquel chico.


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