Page 77 - Mucho antes de ser mujer

José Manuel Bermúdez

—No, en realidad no me apetece nada; pero no te preocupes,
pondré una peli y la veré sola, no tengo ningunas ganas de salir.
—Muy bien, nosotros nos iremos en cuanto termine de reco-
ger y fregar los platos.
—Podéis iros ya si lo deseas, yo recogeré y lavaré la loza.
—¿En serio, no te importa?
—En serio, podéis iros tranquilos, yo me encargo.
—Gracias cielo, me voy a cambiar entonces y ya nos vamos.
—Vale, ya voy yo recogiendo.
Estaba limpiando la mesa y no podía dejar de pensar en las
palabras de Miguel, casi me alegraba que todos mis planes hubiesen
salido mal para así excusarme a mí misma en caso de que decidiese
asistir al encuentro en el parque. Estaba librando una batalla en mi
interior y me debatía entre la conveniencia de no ir y olvidarme de
aquel chico de una vez por todas y el deseo de volver a estar con él
de nuevo después de tantos meses.
Tan sólo me llevó media hora dejar todo limpio; mis tíos se
habían ido ya y yo me dispuse a acomodarme en el sofá para pasar
la tarde sola y relajada; pero en mi mente seguía dando vueltas la
hora y el lugar. «En el parque a las seis», no podía desviar mi pensa-
miento de aquella frase. Eran todavía menos de las cuatro, en todo
caso podría ver la película y tendría tiempo de decidir más adelante,
me tumbé entre los cojines y me dispuse a pasar la tarde.

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