Page 70 - Mucho antes de ser mujer
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Capítulo 9
Tan sólo hacía quince días que comenzaran las vacaciones,
pero desde que terminara el curso todo había transcurrido con
normalidad, aprovechaba las mañanas para dormir, me encantaba
dormir hasta tarde, y por las tardes solía llamar a Sara para ir a la
piscina o salir a pasear por el centro. A ambas nos gustaba mirar
escaparates. Fantaseábamos con nuestra mayoría de edad, una bue-
na posición económica y llevar una vida desahogada y cómoda, en
la cual, por lo tanto, estaban incluidas muchas tardes de compras,
tiendas de moda y asistencia a fiestas y recepciones luciendo nues-
tros trajes de diseño. Nos divertíamos imaginando un mundo a
nuestra medida, supongo que lo mismo que cualquier adolescente
que comienza a pasar de su ámbito de niña soñadora a la realidad
social de los adultos; cuando terminamos atrapados en el consu-
mismo y las apariencias y la inocencia se convierte, simplemente,
en un recuerdo para casi todos, o incluso, para algunos miserables
en un instrumento con el cual poder obtener beneficios.
La tarde de los sábados solíamos ir a la piscina, pero ese día se
había presentado gris y fresco, incluso amenazaba con llover; deci-
dimos por lo tanto ir al cine y luego comer algo en una hamburgue-
sería antes de volver a casa. No solíamos llegar tarde, difícilmente
veíamos llegar la noche fuera de nuestro domicilio; mis tíos solían
preocuparse mucho cuando no llegaba antes de ponerse el sol. Fui-
mos a la sesión de tarde, era una película de animación, siempre
me ha gustado la animación, esas películas que durante un par de
horas sólo te hacen sonreír, sin interesados mensajes ocultos ni do-
bles intenciones, sin violencia. El cine siempre ha supuesto para mí
una forma de liberación, de aislamiento, nunca me han gustado los
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