Page 103 - De la luz a las tinieblas
P. 103
Los seis comieron juntos. Mientras los cuatro humanos
intercambiaban opiniones y hablaban sobre los preparativos
finales de su particular odisea, los dos góronas los miraban
atentamente y se comunicaban entre ellos emitiendo sus
característicos gruñidos. Sentados en el terroso suelo, entre
la penumbra, aparentaban un extraño equipo conspirando en
la sombra contra un desconocido opresor, al cual deberían
vencer para no permanecer eternamente en las tinieblas.
Una vez finalizado el confraternal desayuno, se
levantaron todos. Orgán y Dalman abandonaron la choza,
acompañados por Gosún y por Garan. Habían acordado
juntarse en la cabaña de estos al día siguiente, para recoger
allí el resto de los pertrechos que llevarían consigo. Los
góronas dedicarían su tiempo a pescar, y a recolectar agua
suficiente para llenar los costales. Mientras, Alterio y Andrés
ultimarían detalles y recogerían todo cuanto les pudiese
resultar útil, incluidas mantas y prendas para protegerse del
frío y del pertinaz rocío.
Fue aquella una jornada agitada para todos. A la creciente
excitación que les provocaba la inminente partida, se le
sumaba el temor a cometer errores que les pudiesen costar el
fracaso. A obviar algún detalle que trastocase luego sus
planes. Al finalizar la intensa actividad, se dispusieron a
descansar. Esta vez le tocó a Andrés utilizar el suelo como
colchón. Le costó mucho conciliar el sueño, la ansiedad y la
dura superficie no ayudaron a su relajación. Pero, finalmente,
y debido al cansancio acumulado, lo venció el sopor y se
109