Page 140 - De la luz a las tinieblas
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La actividad en el nuevo asentamiento era mayor.
Infundía una sensación de vida que no percibían desde hacía
tiempo. Las calles estaban concurridas. Se distinguían
cientos de sombras en movimiento. Gente que iba de un lado
a otro. Junto al lago, el trasiego era considerable.
Definitivamente, aquello nada tenía que ver con la triste
y oscura localidad de la cual provenían.
Estaban sorprendidos. No se esperaban encontrar nada
parecido. Desde el principio, habían asumido que su lúgubre
aldea sería el último lugar habitado que verían.
Para todos, pero en mayor medida para Dalman,
encontrarse en aquel paraje suponía un gran alivio. Si no
conseguían su objetivo, podrían regresar hasta el poblado. La
población era lo más parecido a su desaparecido mundo que
veían en mucho tiempo. Tenían la impresión de que la
existencia allí podía ser mucho más llevadera.
Unos cien metros los separaban de las primeras
edificaciones, que se alzaban alineadas a ambos lados de un
ancho sendero.
Incomprensiblemente, la gente se refugió rápidamente en
sus correspondientes domicilios al verlos llegar. Por alguna
razón que no comprendían, su presencia allí estaba causando
alarma entre los residentes. Eso les preocupó.
Continuaron caminando por la calle principal hasta llegar
a una especie de plaza, en la cual se hallaban reunidos unos
cuantos hombres. De inmediato, les gritaron que se
detuviesen. Su presencia desataba extrañas reacciones entre
los presentes. Los notaban tensos, nerviosos. Como si su
llegada supusiese un eventual peligro.
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