Page 97 - De la luz a las tinieblas
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tiempo, era presa del entusiasmo que lo movía a continuar
adelante.
Al entornar la madera, se encontró a Dalman y a Orgán
ante el umbral. Su efusivo saludo denotaba una gran
satisfacción, en contraposición al transitorio desencanto que
Andrés sentía en aquel momento.
Los ancianos se acomodaron en la choza. Les hablaron
sobre la actividad llevada a cabo mientras ellos estaban en el
bosque.
La expresión de Andrés se tornó en sorpresa. Una
agradable sorpresa, que inyectó en él una buna dosis de
esperanza cuando las dudas más lo asolaban. Acababa de
surgir la solución a su principal problema hasta entonces.
Era, sin duda, una excelente noticia. El empujón definitivo,
que daría comienzo a su aventura sin más dilación. En cuanto
estuviesen listos podrían emprender la marcha.
—Esperamos no haber tomado una decisión equivocada,
hemos visto aquí tus apuntes y creímos que podríamos
avanzar la gestión, encargando a lo góronas la fabricación de
algunos pertrechos.
—Claro que no. Habéis hecho muy bien. De hecho, nos
estábamos planteando ahora mismo ese problema y,
realmente, no le encontrábamos fácil solución. Nos acabáis
de dar una gran alegría.
—Nos agrada que así sea. Ya que vamos a tomar parte en
esto, queremos colaborar en todo lo que nos sea posible.
—¿Pensáis que los góronas podrían fabricarnos también
las armas?, Me ha dicho Alterio que saben trabajar la piedra,
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