Page 93 - De la luz a las tinieblas
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El górona miro detenidamente los gráficos, antes de
volver al interior de la nave que compartía con sus afines.
Dentro de aquel cobertizo, además de tener su hogar,
disponían de lo básico y necesario para construir diversos
utensilios, que aseguraban su pervivencia. Lógicamente, ello
incluía los materiales que utilizarían para elaborar los enseres
que Orgán les había pedido.
—Andrés se sentirá agradecido cuando regrese. Ya no se
tendrá que preocupar por los sacos, las capas y los odres —
dijo Orgán.
—Esperemos que todo salga según su plan —. Dalman, a
pesar de todo, continuaba recelando.
—Le hemos encargado a Gosún lo que él dejó escrito en
la cabaña. No debería haber ningún problema.
A pocos metros de la entrada a la aldea, los centinelas
divisaron dos sombras que avanzaban hacia el portón
—¿Quién anda ahí? —gritaron en tono amenazante.
—Somos nosotros — les respondió Alterio—. Ya
estamos de regreso.
—¿Ya volvéis? No habéis encontrado mucho material,
por lo que parece —comento uno de los guardias en tono
burlón.
—No hay mucho aprovechable ahí afuera. —respondió
Andrés—. ¡Me revienta tener que darles la razón a estos dos
fantoches, pero, la verdad, no tenemos argumentos para
rebatir sus comentarios! Al menos podremos construir las
armas —le comentó a Alterio en voz baja.
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