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Muros. Historia viva
El 14 de diciembre de 1484, un corsario vasco captura al «Juan Escribano»,
un carguero procedente de Bristol que, después de ser saqueado y desarbolado,
es abandonado en Muros.
El 25 de julio de 1543, a la entrada de la ría, un corsario francés de la flota del
barón de Seoane, fue hundido por la flota de don Álvaro Bazán en la conocida
batalla de Muros. Se cree que en el buque transportaban el brazo de plata del
templario San Guillermo, robado poco antes en Finisterre.
A finales de 1755 se hundió dentro de la ría, frente al puerto muradano, una
corbeta mercante francesa de 24 cañones denominada «Oriflama».
El 1 de septiembre de 1813, el bergantín portugués «La Alianza», comanda-
do por el capitán Joao José Rodríguez, con nueve hombres a bordo y una carga
de vino y fardos para el ejército portugués, fue hundido por un barco corsario
francés en el interior de la ría.
El 20 de abril de 1882, dos marineros de nuestra Villa perecieron al zozobrar
una embarcación de pesca muradana que fue sorprendida por un fuerte temporal
cuando se encontraba faenando.
El 22 de enero de 1883, dentro de la ría de Muros, tiene lugar una catástrofe
naval al chocar el bergantín goleta «Cádiz» con el vapor «Cartuja», que se hun-
dió rápidamente. La tripulación fue rescatada por un barco Ingles, de Liverpool,
que se encontraba por la zona.
Ese mismo año de 1883, naufragó, en los bajos de Meixidos, el «Sanmarck»
un buque de nacionalidad inglesa.
En 1887 se hunde en los bajos de Os Bruios el barco inglés «Natal».
El «Rowina», un navío italiano, se va a pique al embarrancar en los bajos de
Meixidos.
El «Pepito», un pailebote con base en el puerto muradano, se hunde frente al
cabo Corrubedo cuando hacía la ruta de Avilés a Vigo. No hubo supervivientes.
En 1891, un carguero denominado «Squyro», que transporta lingotes de plo-
mo, se hundía en los bajos de Meixidos. En 1961, el «Droxford», un barco de
salvamento inglés, localizó los restos del pecio y recuperó 300 kilos del valioso
cargamento con intención de llevarlo al puerto de Drest y retomar la extracción
en el «Squyro» en el mes de mayo. Sin embargo, debieron descargar el botín
en el puerto de A Coruña, obligados por las autoridades, ya que solo les habían
otorgado permiso para recuperar los restos del navío hundido, no para apoderar-
se de su carga.
El 25 de febrero de 1913, el «Afortunado», un vapor carguero de A Coru-
ña, zozobraba frente al cabo Corrubedo cuando venía en ruta de Vigo a Muros
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