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Muros. Historia viva
















                           Fonte dos Picholos





                      a fuente de Os Picholos fue, sin duda alguna, una de las más represen-
                      tativas obras de la reciente historia muradana. Aquella hermosa fuente,
               Lque ocupó el lugar de una anterior situada en lo que conocemos hoy
            como Curro da Praza, fue testigo muda del acontecer cotidiano de la villa. Du-
            rante años guardó en el anegado fondo de su pila y en la artística talla de sus
            piedras infinidad de conversaciones, anécdotas y secretos. Aquel artesanal ico-
            no, exquisitamente tallado por el maestro cantero don Antonio Franco, deleitó
            durante mucho tiempo, con el relajante rumor de su agua las más sentidas rela-
            ciones entre aquellos que allí se acercaban para abastecerse de sus cristalinos y
            frescos fluidos.
               Fue, sin embargo, a partir del año 1932, siendo alcalde don Isidro García,
            cuando la fuente alcanzó su mayor esplendor como obra escultórica al llevarse
            a cabo una reforma que no solo facilitó su uso, sino que realzó enormemente
            su belleza. La fuente, que en su origen vertía el agua a través de unos tubos
            situados en su sumidero, fue modificada por el maestro cantero y tallista don
            Francisco Iglesias, quien fue también autor de la fuente de la Pescadería Vieja y
            otras significativas obras de la villa. La original y acertada solución consistió en
            añadirle dos peces a la columna central que soportaba el sumidero. Los peces se
            encontraban inclinados cabezas abajo y por sus bocas surgía el líquido elemento.
            Esa es la imagen de la fuente que recuerdan la mayoría de los muradanos que tu-
            vieron el placer de apreciar aquel representativo ornamento de la villa. Al fin y a
            la postre de unos cuántos años, siendo alcalde don Manuel Fernández, se llevó a
            cabo a primera pavimentación de la plaza, obra ejecutada por un contratista de A
            Coruña conocido como «O Cachafeiro»; pero la fuente permaneció en su lugar.
               Tiempo después, don Román Ledo encargó al contratista don Francisco To-
            bío, de Esteiro, la ampliación de la curva frente al ayuntamiento, pero a pesar
            del progreso los Picholos continuaron adornando la plaza. Fue a partir del año


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