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ICAP ARGDEBRA


                               Enfermedad         de  Autosómica              Telangiectasias    en    las
                               Rendu-Osler         o  dominante               mucosas, epistaxis
                               telangiectasia
                               hereditaria
                                                                              Anemia  hemolítica  crónica,
                               Esferocitosis          Autosómica              hepatoesplenomegalia,
                               hereditaria            dominante               aumento  de  la  resistencia
                                                                              osmótica del eritrocito

               Pruebas genéticas
               La indicación de estudios genéticos para “confirmar” estas enfermedades se convierte en un

               reto de la práctica asistencial contemporánea, pues la disponibilidad de pruebas genéticas
               con estos fines es creciente y alcanza gran publicidad en cualquier literatura científica.
               La clasificación más utilizada se refiere al objetivo del examen, por lo que se distingue entre

               exámenes diagnósticos y exámenes predictivos.

               Los primeros permiten confirmar una enfermedad genética sugerida clínica y abarcan desde

               el estudio de cromosomas hasta el análisis del cambio de una base nucleotídica. Para el
               estudio de alteraciones del número y estructura de los cromosomas, lo más adecuado será
               solicitar  un  estudio  citogenético  (cariotipo);  en  cambio,  para  el  estudio  de  alteraciones

               cromosómicas más pequeñas, es posible realizar hibridación in situ fluorescente (FISH) y más
               recientemente  las  técnicas  de  microarrays  que  detectan  deleciones  o  duplicaciones
               submicroscópicas del genoma. Si la sospecha es de una enfermedad monogénica, es posible

               indicar el estudio molecular del gen implicado.

               Los exámenes predictivos se clasifican, a su vez, en dos categorías: presintomáticos y de

               predisposición genética. Los presintomáticos son los que se aplican a individuos sanos, pero
               en riesgo por su historia familiar de desarrollar una enfermedad de comienzo tardío, cuyo
               ejemplo tipo en nuestro país es la ataxia espinocerebelosa tipo II o ataxia de Holguín. Los

               exámenes de predisposición genética se refieren a la identificación de mutaciones, que de
               estar  presentes,  incrementan  el  riesgo  de  desarrollar  una  enfermedad  compleja  como
               diabetes  mellitus,  hipertensión  arterial,  asma  bronquial,  etc.,  sobre  todo  en  familias  con

               historia  positiva,  pero  sin  que  se  pueda  asegurar  que  inequívocamente  se  presentará  la
               enfermedad en cuestión. Como resulta obvio, estos estudios traen aparejados un conjunto de

               dilemas éticos que complejizan su uso y que, por lo tanto, deben regirse por protocolos muy
               bien estructurados, estándares de consentimientos informados bien estrictos y avalados por
               los comités de ética correspondientes.


               Si bien el estatus presintomático se ha visto beneficiado con la tecnología genético-molecular
               es justo reconocer que el examen clínico y paraclínico detallado son herramientas a la mano
               en  un  grupo  de  trastornos  genéticos  de  inicio  tardío.  Tal  es  el  caso  de  los  estudios  de

               conducción nerviosa para la neuropatía de Charcot-Marie-Tooth y la distrofia miotónica de



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