Page 104 - selim
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seis  cabras!  Entonces   podremos    vender  dos
             o tres, según  nos convenga, y...



             Ahmet,   que   se  había  estado   riendo   por  lo
             bajo, le interrumpió:


            —Tu    razonamiento   no es malo...,  pero te olvi-
             das  de  que  también   nacen  machos.    A  pesar
             de  eso,  no  es  tan  disparatada  tu  cuenta,  por-
             que  no  es  raro  que  las  cabras  tengan  melli-
             zos.  Incluso,  a  veces  ocurre  que  tienen  tres
             crías  de  un  solo  golpe.  ¡Toda  esa  historia  es
             muy   bonita,  pero  tendrías  que  esperar   bas-
             tante tiempo  para  sacar algún dinero!


            —Eso    no  importa:  Zuffu  tiene  muchísima    ra-
             zón -dijo  Selim  con  los  ojos  brillantes  de  ale-
             gría-.  Tampoco    necesitamos     una   cantidad
             enorme   de  un  solo  golpe.  No;  con  una  canti-
             dad fija  cada año,  nos arreglaremos   muy bien.


             —Pero el   problema -continuó Zuffu- será      en-
             contrar la  manera  de criar nuestro  rebaño. Al-
             rededor  de  mi  casa  en  Estambul   hay  un  jar-
             dincito,  pero  cuando   tengamos     diez  cabras
             no será suficiente,  ni mucho menos.


             —Todavía    no  tienes  diez  cabras...  -dijo  Ah-
             met, y puede   que encuentres alguna solución



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