Page 109 - selim
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sido completamente felices.     Beek era   una  ca-
           brita  de  lo  más  fuerte;  sería  un  animal  estu-
           pendo,  capaz de traer al   mundo   muchas    crías
           y conseguir así dinero  para Semra.



           Pero estaban Aixa y Yazi...

           —Es   una  lástima  -repetía  Zuffu  todo  el  día-.
           Supon   que  a  Aixa  se  le  haya  ocurrido  alguna
           idea  para  ayudar a  Semra.  Sería estúpido que
           la desperdiciáramos,    porque el precio de unas
           cabras  no  alcanzará siquiera  para  pagar el tra-
           tamiento de   un  solo año...



           Selim suspiraba:

           —Pero   es  que  no  sé  su  dirección  -contesta-
           ba  por décima vez-.   Ni  siquiera  sé  qué  día  ni
           a qué  hora  pensaba venir a   buscarme junto a
           la mezquita  Bayazit.


           —Yo   voy  a  escribir  a  papá  -decidió  un  buen
           día  Zuffu-.  Quizá  él  pueda  encontrar  alguna
           solución.


           Así transcurrió toda  la semana,   llena de traba-
           jo y  preocupaciones,   pero también    de juegos
           con  las  cabras y  de  bailes  locos  al  son  de  la
           flauta  de  caña del  pastor.


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