Page 155 - selim
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—¿Yazi   está  bien? -preguntó   Selim   entre  dos
        bocados de torta.

        —Muy     bien -dijo  padre-.  Mustafá  me   da  no-
        ticias suyas casi a diario.


        —¿Iremos     a  verlo?  -preguntó  Zuffu  a  Selim.


        Tenía  curiosidad  por  conocer  al  conejito  blan-
        co,  que,  según   contaba  su  amigo,   era  capaz
        de adivinar  las  penas  secretas  de  la  gente.  Y
        también    sentía  grandes   deseos   de  ver  a  la
        pequeña    Semra,    por  la  que  había  trabajado
        tanto a lo largo del verano.



        Selim vaciló antes de    responder:

        —Mañana...     Tendremos tiempo mañana.


         Llevaba tantos,  tantísimos   días  imaginándose
        a  Semra   contenta y feliz,  capaz de  oír el  más
        mínimo ruido, charlando con      una voz tan clari-
        ta  como   el  canto  del  chorro  de  agua  en  la
        fuente   de  azulejos...  No  se  encontraba  toda-
        vía  con  fuerzas  para  soportar el  miedo  en  los
        ojos de la pequeña... o si   le  hablaba y no reci-
         bía ninguna contestación.

        —A   quien   tenemos   que  encontrar cuanto    an-
        tes es a Aixa -murmuró Selim.


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