Page 82 - selim
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Se   inclinó  hacia  delante  y  los  otros  aguzaron
            el  oído  para  enterarse  de  lo  que  les  decía  en
            voz  baja.  Sus  palabras  debían  de  ser  muy di-
            vertidas,  porque todos se echaron a     reír.













































            —¡Rahmi!     ¡Eh,  Rahmi!   -llamaron-.  Acércate
            a tomar un yogur con nosotros.


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