Page 85 - selim
P. 85

cho mejor guardado.     ¡Y te  iba a costar menos
           que nada!


           —¡Menos que nada!       Porque tú lo digas...



           Si  Rahmi  era  el  más  rico de  la  zona,  también
           era  el  menos  generoso.   Incluso  se  podía  de-
           cir  que  era  avaro.  Los  hombres  del  pueblo  lo
           sabían   bien  y  por  eso  encontraban   divertido
           convencerle    de  que  contratase   a  los  dos  ni-
           ños como pastores.


           —Pues    sí,  menos  que   nada -insistió  el  hom-
           bre-.  Se  conformarán     con  cualquier  cosa...,
           una   moneda   el  domingo.   Si  esto  te  ayuda  a
           no perder una cabra o un chivito,     reconocerás
           que sales ganando.


           —Hombre,      pues  no sé;  habría  que verlo -dijo
            Rahmi,  rascándose la   cabeza por debajo de    la
           gorra-.  No digo que no. Se podría probar...


           —Eso es,    prueba.   Cógelos  por  unos  días,  sin
           prometerles    nada más.


           —Bueno,     ya  veremos    lo  que  se  tercia  -dijo
            Rahmi   vaciando   su  vaso-.  Tengo   que   irme,
            porque  hay mucho que hacer en       la granja.


                                                            91
   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90