Page 95 - selim
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Beek,
la cabrita
UFFU y Selim estaban desconsolados. Ya
Zle habían tomado cariño a Ahmet y al re-
baño, y el disgusto del pobre pastor les daba
mucha pena.
—¡Pero bueno!, esa cabra tiene que estar en
alguna parte -dijo Selim frunciendo el ceño-.
¡No creo que se haya ido volando en una al-
fombra mágica!
Esta ocurrencia hizo sonreír al viejo pastor:
—Pues uno podría pensar que eso es lo que
ha hecho.
—Escuchad -dijo Zuffu-: desde luego, no ha
atravesado todo el monte; además, la hubié-
ramos visto. No se ha podido esconder más
que en las orillas del lago, aunque puede que
bastante lejos de aquí. Vamos a recorrer toda
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