Page 43 - El toque de Midas
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aseguro que sucede lo mismo con la actividad empresarial.


  Enfoque es poder

  Enfoque es una palabra muy sencilla y, debido a su simplicidad, a veces la gente abusa de ella y le
  pierde el respeto. También se le malinterpreta porque muchas personas soslayan el hecho de que

  enfoque  es  igual  a  poder.  Quienes  pueden  enfocarse  tienen  la  capacidad  de  reunir  todas  sus
  habilidades y centrarlas en la tarea u objetivo que tienen frente a sí. El enfoque es esencial para el
  éxito, y, por ende, la gente que triunfa es aquella que puede enfocarse o concentrarse.
        Es muy fácil distinguir a las personas que no tienen una dirección en la vida porque carecen de

  enfoque. Todos conocemos a alguien que siempre renuncia cuando las cosas se ponen difíciles, a
  personas que permiten que problemas menores, como quedarse sin dinero, las detenga. De hecho, hay
  una gran cantidad de gente que ni siquiera comienza a trabajar en sus objetivos porque deja que el
  miedo a fracasar le impida dar el primer paso.

        Es típico conocer a alguien que dice que está a dieta, pero renuncia a ella en cuanto se corta la
  primera rebanada de pastel de chocolate. Sucede lo mismo con el ejercicio. Este tipo de gente se
  ejercita durante una semana y luego se rinde, se va de parranda para paliar el dolor muscular.
        También es común conocer a personas que quieren ser ricas pero permiten que pretextos como:

  “No tengo dinero”, las detengan. A gente que le encantaría renunciar a su empleo porque lo odia pero
  que con decir: “Tengo muchas deudas que pagar”, se da la oportunidad de seguir sufriendo ocho
  horas diarias. La salud, la riqueza y la felicidad son un reflejo de la habilidad de cada uno para
  enfocarse, porque estos aspectos demuestran si alguien tiene la capacidad de manejar sus poderes

  personales para lograr lo que quiere en la vida.


  Enfócate en obtener lo que quieres

  La gente puede desarrollar y mejorar su capacidad de enfoque. Yo soy prueba viva de ello porque,
  para acabar mis estudios en la escuela de vuelo y convertirme en piloto, tuve que enfocarme. Llegar a
  operar un helicóptero artillado exigió de mí el tipo de concentración que ni siquiera creía poseer. La
  habilidad de volar en una poderosa aeronave, apenas por encima de la selva, y concentrarme en el

  soldado que, con una ametralladora entre los árboles, trataba de derribarnos al mismo tiempo que
  nosotros intentábamos matarlo, exigió que yo centrara mi atención al máximo. Si la capacidad de mi
  enemigo  sobrepasaba  la  mía,  entonces  él  regresaba  a  casa,  y  yo  y  mi  tripulación  moríamos.

  Actualmente hago uso del mismo tipo de capacidad de enfoque para manejar mis negocios, mi dieta y
  el ejercicio físico que realizo. Si digo que voy a hacer algo, lo que me permite concretarlo es la
  capacidad de enfoque.
        Todos  le  prestamos  atención  a  distintas  cosas,  y  eso  es  lo  que  nos  diferencia.  Mucha  gente
  fracasa como empresaria porque lo principal en su vida es la seguridad y la tranquilidad. Muchos

  estudiantes destacados se enfocan en conseguir buenas calificaciones sólo porque desean obtener la
  seguridad que brinda un empleo. La mayoría de los empleados anhelan la tranquilidad de horas fijas
  de trabajo, un salario y prestaciones definidos, de los fines de semana libres y de una garantía para

  cuando se retiren. La posibilidad de tener algo seguro les hace dar lo mejor de sí. Pero, para otros,
  es la incertidumbre lo que los obliga a esforzarse al máximo.
        Regresé de la guerra en enero de 1973. El año que pasé en Vietnam había llegado a su fin. Le
  pedí  consejos  a  mi  padre  sobre  lo  que  debía  hacer  a  continuación,  y  él  me  recomendó  volver  a
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