Page 45 - El toque de Midas
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alcanzar el éxito.
        Asimismo, el enfoque también implica mantener el éxito más allá del objetivo. Esto significa
  que  debes  conservar  tu  dinero  después  de  conseguirlo,  o  no  volver  a  subir  de  peso  una  vez  que

  bajaste.
        En  nuestro  caso,  como  pilotos,  teníamos  que  concentrarnos  en  el  blanco  a  pesar  de  que,  al
  mismo tiempo, el enemigo estaba haciendo todo lo posible para derribarnos a tiros. El enfoque nos
  daba el poder para permanecer tranquilos, pensar con claridad y actuar con decisión. Hasta que la

  nave y la tripulación no estaban a salvo sobre el portaviones, no podíamos distraernos. En el ámbito
  empresarial  es  necesario  hacer  lo  mismo  porque  el  hecho  de  que  un  negocio  genere  dinero,  no
  significa que esté a salvo.
        El éxito elude a millones de personas sólo porque carecen del poder del enfoque. Cuando la

  gente  se  concentra,  desaparecen  de  su  discurso  las  frases:  “No  puedo”,  “Lo  intentaré”,  “Lo  haré
  mañana” y “Tal vez”. De alguna manera, concentrarse significa “Lograrlo o morir” y “No importa
  cuánto tiempo tome”. Muchos se angustian cuando las cosas se ponen difíciles. Se dan por vencidos y
  buscan algo más sencillo que hacer. Y lo peor de todo es que nunca comienzan porque permiten que

  frases como “Lo intentaré” y “Mañana”, dominen su pensamiento.
        ¿Te has dado cuenta de que a la gente que carece del enfoque, con frecuencia también le falta
  dirección?  Anda  por  ahí  deambulando  de  una  cosa  a  otra.  Para  colmo,  en  el  mundo  de  las
  inversiones, los mal llamados asesores financieros le recomiendan a la gente que diversifique su

  portafolio de inversión en lugar de que se enfoque en los activos de alto rendimiento. Por eso muchos
  portafolios  no  son  capaces  de  devolver  rembolsos  altos  o,  sencillamente,  desaparecen  en  algún
  colapso del mercado. Una vez más reitero: carecen de enfoque.


  Hecho: La vida no es sencilla

  Otra de las razones por las que mucha gente fracasa, es porque tiene la terrible creencia de que la

  vida es sencilla, y por eso, siempre elige el camino fácil. Estas personas siguen los consejos que les
  causarán menos complicaciones y se fijan metas simples y menores. Por eso no crecen. Mi padre rico
  solía decir: “La gente de éxito se enfoca en metas que les quedan muy grandes. Alguien que tiene diez
  dólares, después querrá conseguir cien. Cuando tenga cien, querrá mil. Enfocarse en metas mayores,

  hace que la gente crezca”.
        Sin embargo, mi padre rico también me advirtió que tuviera cuidado y no me convirtiera en un
  tonto soñador. Se refería a que mucha gente se fija metas absurdas, inalcanzables. Estoy hablando de
  quienes no tienen noción de lo que es el dinero, pero no dejan de soñar en convertirse en millonarios.

  No tienen conocimiento, ni plan, pero creen que, de forma milagrosa, algún día sucederá. Padre rico
  decía: “La gente que sueña pero carece de educación, planes, mentores y actitud, al final sólo se
  queda con sus delirios de grandeza y sus ilusiones”.
        Cuando perdí todo en mi primer negocio, tuve que pagar casi un millón de dólares que debía a

  los  inversionistas.  Me  concentré  primero  en  los  inversionistas  menores  y  les  devolví  su  dinero.
  Después, en los que habían aportado más, y así sucesivamente. Esos fueron los primeros pasos de
  nuestro plan. Me tomó años salir de aquel hoyo, pero valió la pena porque, a medida que fui pagando
  a los inversionistas mayores, aumentó mi sagacidad. Kim y yo creamos un CD y un libro de trabajo

  sobre esa experiencia. Se llama Cómo salimos de la deuda mala, y es para quienes deseen seguir
  nuestra fórmula.
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