Page 50 - El toque de Midas
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sucedió después en la historia de la torre, es un buen ejemplo de ello. Recibí una llamada del
periódico New York Times. Ya se habían enterado del trato que tenía con Genesco respecto al
edificio de la tienda Bonwit. A pesar de que habíamos buscado guardar el secreto, supe que había
llegado el momento de hacer algún movimiento porque la gente de Genesco se estaba echando para
atrás. Le dije al reportero que habíamos llegado a un acuerdo, que mi plan era construir la torre en
donde estaba Bonwit, y que la tienda cerraría en unos cuantos meses. Supuse que con eso le añadiría
un poco más de presión a Genesco. Era obvio que el asunto había crecido bastante. A la mañana
siguiente apareció el artículo y, en cuanto eso sucedió, todos los empleados de Bonwit fueron a otras
tiendas a buscar empleo. Entonces Bonwit tuvo problemas para continuar operando y, cinco días
después, yo ya había firmado el contrato con Genesco. Como ya mencioné, en los negocios también
puede haber un intenso combate, y no estaba bromeando. Para construir la torre yo estaba dispuesto a
romper muchos cascarones.
Pasó el tiempo, presenciamos varias batallas, ¡y ni siquiera habíamos comenzado la
construcción de la Torre Trump todavía! Creo que conocer algunas anécdotas te servirá para ver el
nivel de enfoque requerido y para darte cuenta de que se debe luchar bastante para que los proyectos
avancen. Tal como dijo Robert, la vida no es fácil, y si te convences de lo contrario, no vas a llegar a
ningún lugar y, además, vas a ser bastante infeliz.
Todo empresario enfocado con seriedad en lo que hace y en lo que quiere lograr, aprenderá lo
indispensable para ganar en el campo de batalla que conocemos como “negocios”. Así que prepárate
para levantar el rostro arriesgarte cuando sea necesario. Actualmente, cada vez que la gente voltea
hacia la Torre Trump, contempla su belleza y, a mí, eso me da gran satisfacción. Yo también puedo
ver lo hermosa que es, pero, ciertamente, nunca olvidaré el infierno que atravesé sólo para comenzar
a construirla. Estoy seguro de que valió la pena.
En vivo desde Nueva York… ¡Es Saturday Night!
El enfoque puede llegar de distintas formas; también desde el riesgo. Recuerdo aquella vez que fui
anfitrión del programa Saturday Night Live, hace algunos años. Estaba muy consciente de que yo no
era comediante profesional, pero me pareció que sería muy divertido participar, que representaría un
reto y, ciertamente, un riesgo. De la misma manera que cuando estaba tomando la decisión de hacer
El aprendiz, sabía que convertirme en una nueva personalidad de televisión implicaría ventajas y
desventajas. De todas maneras me arriesgué y también participé en Saturday Night Live. Mi enfoque
fue hacer un buen trabajo y divertirme. Estaba decidido a realizar mi mejor esfuerzo.
Aceptar mi participación en el programa fue una cosa, pero luego, consideré que se trataba de
una emisión en vivo, y que no se editaría. Si mi actuación resultaba un desastre, millones de personas
lo verían y yo no tendría una segunda oportunidad, ni red de protección. También tenía que ensayar y
presentar varios números de comedia o sketches, lo cual significaba que debía enfocarme al cien por
ciento y, por si fuera poco, estaría a merced de la adrenalina. Estaba acostumbrado a presentar mi
propio material como conferencista y El aprendiz es un programa sin guión, por lo que el territorio al
que me enfrentaba era verdaderamente nuevo.
El martes anterior al fin de semana en que se realizaría el programa, me reuní una hora con el
equipo de escritores de Lorne Michael. Tina Fey es la directora del equipo y, entre todos,
propusieron conceptos e ideas para los sketches. Para el jueves ya estaban escritos y los leímos.
Entonces me percaté de la rapidez y eficiencia con que trabaja el equipo.