Page 235 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
mucho que durante todo este tiempo se hayan limitado a darse la mano. Pero
al menos esta noche, la noche que cambió mi vida, me gustaría que regresara
temprano.
ALEX: Muy bien, pues. Creo que me toca distraerte hasta que llegue a casa, ¿no?
ROSIE: Si no te importa.
ALEX: ¿Ya está preparada nuestra habitación para cuando vayamos a Dublín? ¡Confío
en que la directora haya podido reservarnos la mejor!
ROSIE: No olvides que en realidad sólo soy la directora adjunta, y el hotel no es
precisamente...
ALEX: ¿No es precisamente qué?
ROSIE: Tan elegante como esos en los que estás acostumbrado a alojarte cuando viajas.
ALEX: Éste será extraespecial porque lo lleva mi mejor amiga.
ROSIE: Preferiría que no se me responsabilizara de la manera en que se dirige este
hotel,...
ALEX: Anda, no seas tonta. Nunca reconoces el mérito que tiene lo que haces.
ROSIE: No, Alex, en serio. Prefiero no asumir ninguna responsabilidad sobre este
hotel. Sólo estaré aquí unos meses. No he tenido ocasión de dejar huella. Me
limito a obedecer órdenes...
ALEX: Tonterías. Me muero de ganas de verlo. ¿No sería divertido que alguien se
intoxicara en el restaurante y que yo tuviera que ser el médico que resolviera
la papeleta? ¿Recuerdas que éste era el plan que teníamos de niños?
ROSIE: Lo recuerdo muy bien, y quizá no sea una posibilidad tan remota. ¿No os
gustaría cenar fuera esa noche a Bethany y a ti? Hay muchos restaurantes
fantásticos que no conoces en Dublín.
ALEX: Tal vez. He intentado encontrar el hotel en internet, pero no ha aparecido nada.
ROSIE: Sí, ya, están actualizando la página web. Ya te avisaré cuando pueda visitarse.
ALEX: Estupendo. Será raro volver a ver a la señorita Narizotas Malaliento Casey. Ya
iba siendo hora de que se jubilara. Los niños de este mundo se merecen un
respiro.
ROSIE: Se llama Julie, recuérdalo bien, y no la llames de ninguna otra manera. Se ha
portado muy bien conmigo estos últimos años, así que procura ser amable con
ella.
ALEX: Lo haré, lo haré. Puedes estar tranquila, no es la primera vez que salgo de casa.
Sé cómo tratar a la gente.
ROSIE: Me consta, doctor vida social.
ALEX: Sea cual sea la imagen que tienes de mí en este momento, te ruego que la borres
de inmediato.
ROSIE: ¿Qué? ¿La de ti desnudo? No puedes pedirme que borre eso.
ALEX: Bueno, sea cual sea esa imagen, auméntala diez veces.
ROSIE: ¡Jesús! ¿Treinta centímetros, Alex?
ALEX: ¡Eh, corta el rollo! Dime, ¿cómo sigue tu madre? ¿Ya tenéis los resultados de los
análisis?
ROSIE: No, aún no. Ahora está pasando unos días con Stephanie para cambiar un poco
de aires, y cuando regrese ya deberíamos tener los análisis. La verdad es que
no dan la impresión de saber qué es lo que tiene. Estoy muy preocupada. El
otro día la miraba y fue como si no me hubiese fijado bien en ella en años. Sin
que me haya dado cuenta, mi madre se ha hecho vieja.
ALEX: Sólo tiene sesenta y cinco años. Aún es joven.
ROSIE: Ya lo sé, pero tenía una imagen mental de ella y esa imagen era de años atrás.
De un modo u otro, he seguido viéndola igual desde que era joven. Pero el
otro día, cuando la observé con atención echada en la cama del hospital, me
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