Page 206 - Luna de Plutón
P. 206
—Sí… Shah.
—Cambio y fuera.
—¿Qué piensas hacer, Panék?
—Me las voy a jugar todas…
—¡40% de la energía preparada, su Majestad!
—¡Bien, bien! Comuníquele a Ingeniería que se tome su tiempo, Capitán, cuando
estemos en línea con ese saco de porquería, pus, pedos y vómito que los elfos llaman
nave, coloque toda la energía disponible al máximo.
—Aconsejo que tengamos el Dedo del Diablo preparado después de que nos
pongamos a la misma altura que La Anubis, Metallus —dijo Rockengard—. Recuerda
que no podemos retener el Dedo del Diablo por mucho tiempo en las máquinas o nos
vamos a consumir como una lupa gigante.
—¡Lo sé, lo sé! ¡Pero no sabes qué pueden estar pensando los elfos!
—Cierto, pero el Dedo del Diablo es algo a lo que le tienes que temer tanto como
a los elfos, es un arma de doble filo.
El anciano de barba larga caminó lentamente, viendo a La Anubis a través de la
pantalla. Se acarició los bigotes y suspiró profundamente. Metallus se rascaba la barba
con ganas, mientras que tenía un ojo entrecerrado y el otro bien abierto, mirando con
atención a la nave enemiga.
—¡¿En qué piensas, vejestorio?!
—En que es una lástima que todo esto haya sucedido. Las guerras siempre son
tristes y todo esto no hace sino sumar cargos a tu ya pesada condena.
—¡Aparte de echarme de cabeza contra el sol, no sé qué otra cosa peor puedan
hacerme en el tribunal! ¡Eso no tiene caso, yo ahora quiero saber qué va a ser de mi
hija!
—¿Por qué lo dices? Ella está a salvo, aquí contigo…
—¡Porque no quiero que pase el resto de su vida fugitiva, con su padre! ¡Ella no
es una criminal!
—Y tú tampoco lo eres, ¿no?
—¡Eso yo no lo sé! ¡Ahora considero que no soy un criminal, pero antes sí lo he
sido, y esas cosas no se quitan con jabón! ¡Claudia nunca lo ha sido, y ella merece