Page 208 - Luna de Plutón
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los motores. Si abre fuego dos veces más, habremos perdido la capacidad de disparar
láseres.
—Sé lo que hago, copiloto. ¡Abran fuego!
Degauss presionó nuevamente el gatillo.
Las líneas fraternales volvieron a dispararse hacia arriba, describir un arco en el
cielo, y caer sobre la Tungstenio.
—¡¿Pero qué pretenden esos cabezas huecas?!
—Deben estar desesperados, su Majestad. Esos ataques son insignificantes para el
escudo de la nave.
—No, no lo creo —repuso Rockengard, frunciendo el ceño y entrecerrando los
ojos—. Algo van a hacer. Se escuchó una detonación en el exterior de la nave, seguida
por un pequeño temblor.
—En lo que a mí respecta, solo están acabando su energía rápidamente.
—Nos incitan a atacar más rápido. No quieren que los ataquemos con el 100% de
la energía del Dedo del Diablo.
—¡Piensen con la cabeza, señores! —reclamó Rockengard, levantando los brazos
—. ¡Los elfos ni siquiera tienen idea de qué les vamos a disparar! ¿Cómo van a
deducir lo que estamos haciendo? Sí, claro que saben que estamos usando algo muy
especial, pero ignoran el resto de la parafernalia técnica. Ten cuidado, Metallus.
—¡Estamos en sintonía con la nave élfica, su Majestad! ¡95% de energía
acumulada!
—¡¿Tienes pensado algo, Rockengard?! ¡Porque si es así, dilo! ¡Tú sabes que no
podemos retener el Dedo del Diablo una vez que está completo!
—¡Atención, controles! —gritó el anciano, levantando un brazo—. ¡No se pongan
frente a frente con La Anubis! ¡Les dispararemos de medio lado!
—Sí, señor.