Page 202 - Luna de Plutón
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suspendida en el aire, y luego roto en dos, como un papel, y luego desintegrado.
—Como si fuesen cenizas… —musitó.
Claudia escuchó cómo los motores de la Tungstenio iniciaban la fisión cósmica,
acumulando una abominable cantidad de energía en sus tanques. Las máquinas
empezaron a regurgitar como dragones con asma, que llenan sus pulmones de aire. Su
trasero ya estaba entumecido desde hacía rato, estar sentada tanto tiempo siempre le
había producido calambres y, con aquel pesado, ajustado arnés cubriéndola casi por
completo, era imposible adoptar una posición nueva. Por un momento, Knaach volvió
a la mente de la niña, con tal fuerza, que lo creyó ahí, con ella, en algún lado donde no
lo podía ver. Se sintió tentada a llamarlo, solo para probar suerte.
La enfermería de La Anubis estaba copada, el resto de los heridos eran atendidos
en los angostos pasillos, la gente estaba tendida en el suelo, siendo auxiliada por otros
elfos. Panék corrió hasta entrar por la puerta, llevaba largo rato buscando a Kann
entre los heridos del pasillo, lo desesperaba pasar al lado de todos ellos sin más que
una mirada fría, pero muy a pesar de su propia conciencia, el anciano era más
importante para él que ellos. Ahí estaba el mayordomo, en una camilla, al fondo de la
sala, cubierto hasta el cuello, con los ojos cerrados. Sus pestañas largas estaban
húmedas y sus labios, rosados y delgados, sellados con suavidad. Una de sus orejas
puntiagudas sangraba, y a pesar de ello, su cabello, limpio y blanco, caía a los lados
de su cabeza.
Panék se puso de pie al lado de la cama, y puso una mano sobre su hombro,
reclinándose. Por primera vez, los ojos del Shah tenían un aspecto distinto, algo había
cambiado en aquel rictus afilado y predador: ahora expresaban emoción, y esa
emoción era dolor. Sintió a Kann temblar apenas posó sus dedos sobre él, el elfo
abrió los ojos, y le costó reconocer a Panék, su mirada estaba nublada. Uno de sus
ojos había quedado ciego.
Por fin sonrió, sus pupilas se movían hacia los lados, observándolo, y con ello