Page 280 - Luna de Plutón
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así, tan de piedra, mirándolos—. Comprendimos que nunca es tarde para iniciar algo

  nosotros mismos. Quizá vernos crecer como individuos es una riqueza más grande al
  final de un día que todos los años que vivimos haciendo nada en el palacio de Hamíl.

  Creo que hace falta iniciar ese cambio, para darse cuenta de que sí vale la pena.

       —Hermoso y yo queremos llegar lejos, y tenemos la fortuna de ser criaturas que

  tienen una existencia muy, muy, larga en comparación a otras, inclusive los mismos
  elfos.  A  partir  de  AQUEL  día,  decidimos  no  perder  más  el  tiempo.  Además,  si

  nosotros somos los últimos leones que quedan, vale la pena hacer algo para que todos

  nos recuerden siempre.

       Cuando  Hermoso  se  unió  a  Precioso  para  reanudar  sus  labores,  Knaach  ya  se
  había marchado del lugar, para no interrumpirlos más.












       Claudia  abrazó  a  su  padre,  quien  estaba  sentado  en  su  silla,  en  la  cabina  de  la

  Tungstenio.

       —¡Oh, nena, es mejor que vayas de nuevo a la Sala de Seguridad! No quiero que
  andes por acá.

       —Estamos seguros, papá —respondió la niña—. No hay nada de qué preocuparse.

       —¿¡Cómo te escapaste de Rockengard!? ¡Le dije a ese anciano senil que tuviera

  un ojo encima de ti!
       —Solo bastó decir que quería cinco minutos libres para ir a molestarte, y él me

  dejó.

       Claudia abrazó a su padre nuevamente y apoyó la cabeza en su regazo. Metallus

  pasó una mano por su espalda. Padre e hija estaban solos en la cabina, a excepción del
  técnico  de  comunicación,  quien,  ajeno  a  la  conversación,  operaba  su  computadora.

  Metallus acercó la cabeza al oído de Claudia.

       —(Quiero que sepas que estoy orgulloso de ti) —le susurró.
       —¿Por qué?

       —(Porque dijiste la verdad, y la mantuviste como una princesa valiente, por más

  que sabías que nadie te creería).

       —¿Nos  salvó  la  vida,  verdad?  —preguntó  la  niña,  con  la  cabeza  recostada  al
  estómago de su padre.

       —(Sí. Pero ahora hay mucho que nos deben explicar).
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