Page 34 - La teoría del todo
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contra la fuerza de la gravedad incluso cuando han agotado su combustible nuclear.
           Por eso, los agujeros negros de masa pequeña solo podrían formarse si la materia
           fuera comprimida hasta densidades enormes por presiones externas muy altas. Tales
           condiciones podrían darse en una bomba de hidrógeno muy grande. El físico John

           Wheeler calculó en cierta ocasión que si se toma toda el agua pesada de todos los
           océanos  del  mundo  se  podría  construir  una  bomba  de  hidrógeno  que  comprimiría
           tanto la materia en el centro que se crearía un agujero negro. Pero, lamentablemente,
           no quedaría nadie para observarlo.

               Una  posibilidad  más  práctica  es  que  tales  agujeros  negros  de  masa  pequeña
           podrían  haberse  formado  en  las  altas  temperaturas  y  presiones  del  universo  muy
           primitivo.  Podrían  haberse  formado  agujeros  negros  si  el  universo  primitivo  no
           hubiera sido perfectamente suave y uniforme, porque en tal caso una región pequeña

           que fuera más densa que la media podría comprimirse de esta manera para formar un
           agujero  negro.  Sin  embargo,  sabemos  que  debió  de  haber  algunas  irregularidades,
           porque, de lo contrario, la materia del universo seguiría estando distribuida de manera
           perfectamente uniforme en la época actual, en lugar de estar agrupada en estrellas y

           galaxias.
               El que las irregularidades requeridas para explicar estrellas y galaxias hubieran
           conducido o no a la formación de un número significativo de estos agujeros negros
           primordiales depende de las condiciones detalladas en el universo primitivo. Por eso,

           si  pudiéramos  determinar  cuántos  agujeros  negros  primordiales  hay  ahora,
           aprenderíamos mucho sobre las etapas más tempranas del universo. Agujeros negros
           primordiales con masas de más de 1000 millones de toneladas —la masa de una gran
           montaña—  podrían  detectarse  solamente  por  su  influencia  gravitatoria  sobre  otra

           materia visible o sobre la expansión del universo. Sin embargo, como veremos en la
           conferencia siguiente, los agujeros negros no son en realidad negros después de todo:
           resplandecen  como  un  cuerpo  caliente,  y  cuanto  más  pequeños  son,  más

           resplandecen. Así que, paradójicamente, los agujeros negros más pequeños podrían
           resultar más fáciles de detectar que los grandes.






























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