Page 252 - Cementerio de animales
P. 252
Gage pasó una noche en el hospital de las Hermanas de la Caridad, donde fue
sometido a anestesia general y se le introdujo la cabeza en un aparato que parecía un
gigantesco secador de ropa. Rachel y Louis esperaban en el vestíbulo de la planta
baja y Ellie estaba en casa de los abuelos viendo películas de "Barrio Sésamo" en
sesión continua en el nuevo vídeo del abuelo. Para Louis, aquéllas fueron unas horas
terribles, durante las cuales pasó revista a una serie de posibles desgracias, a cuál
peor. Muerte durante la anestesia, muerte durante la operación, leve subnormalidad a
consecuencia de hidrocefalia, subnormalidad profunda por ídem, epilepsia, ceguera…
Oh, existía una gran variedad de posibilidades. «Para pormenores, consulte con su
médico», pensaba Louis.
Tardiff salió a eso de las cinco. Llevaba en la mano tres cigarros. Puso uno en la
boca de Louis, otro en la de Rachel (demasiado atónita para protestar) y otro en la
suya propia.
—El crío no tiene nada.
—Enciende esto —dijo Rachel riendo y llorando a la vez—. Voy a fumármelo
aunque eche la primera papilla.
Con una gran sonrisa, Tardiff encendió los cigarros.
«Dios lo reservaba para la carretera 15, doctor Tardiff», pensó Louis ahora.
—Rachel, si hubiera sido hidrocefálico y la operación no hubiera dado buen
resultado… ¿le hubieras querido lo mismo?
—¡Qué pregunta, Louis!
—Contesta, ¿podrías haberle querido?
—Sí, naturalmente. Yo hubiera querido a Gage a pesar de todo.
—¿Aunque hubiera sido un deficiente?
—Sí.
—¿Habrías querido enviarle a una institución?
—No; creo que no —dijo ella lentamente—. Claro que, con lo que ahora ganas,
hubiéramos podido pagarlo… Quiero decir un centro realmente bueno… Pero me
parece que habría preferido tenerlo con nosotros. ¿Por qué me lo preguntas, Louis?
—No sé, ha sido al acordarme de Zelda —dijo él, asombrado de su aplomo—. Me
preguntaba si hubieras podido soportar otra vez todo aquello.
—No hubiera sido lo mismo —dijo ella, divertida—. Gage era… bueno, Gage era
Gage. Era nuestro hijo. Eso lo hubiera cambiado todo. Hubiera sido duro, sí, pero…
¿Y tú? ¿Lo habrías mandado a una institución? ¿A un lugar como Pineland?
—No.
—Vamos a dormir.
—Buena idea. Ahora me parece que podré dormir. Quiero dejar atrás este día.
—Lo mismo digo.
Mucho después, Rachel dijo con voz soñolienta:
www.lectulandia.com - Página 252