Page 248 - Cementerio de animales
P. 248

eso no me estropeara los planes.»
               —Está bien, Irwin —dijo con suavidad—. Fue… un día de prueba para todos.
               —No está bien —insistió, y Louis, aun a pesar suyo, se dio cuenta de que, en

           aquel momento, Goldman no sólo trataba de mostrarse diplomático, no sólo pedía
           disculpas por haber sido un cerdo ahora que había ganado, sino que realmente estaba
           casi llorando y había en su voz temblorosa y en su lenta entonación un acento de

           angustia.
               —Fue un día atroz para todos nosotros, gracias a mí. Gracias a un viejo testarudo
           y estúpido. Lastimé a mi hija cuando necesitaba mi ayuda… Te lastimé a ti, y tal vez

           también tú la necesitaras. Y que ahora hagas esto… que te portes así después de lo
           que hice, me hace sentir como una basura, Louis. Aunque me parece que así es como
           debo sentirme.

               «¡Oh,  que  pare  ya,  que  pare  antes  de  que  me  ponga  a  gritar  y  lo  eche  todo  a
           rodar!»

               —Probablemente, Rachel te habrá contado ya, Louis, que teníamos otra hija…
               —Zelda. Sí, me habló de Zelda.
               —Aquello fue duro —dijo Goldman con su voz temblona—, duro para todos y
           quizá más aún para Rachel… Sí; ella estaba allí cuando Zelda murió… pero también

           fue duro para Dory y para mí. Dory estuvo a punto de sufrir una depresión…
               «¿Y qué crees que tuvo Rachel? —hubiera gritado Louis—. ¿Crees que una niña

           no  puede  tener  una  depresión?  Veinte  años  después,  aún  da  un  brinco  cuando  se
           menciona a la muerte. Y ahora esto, esa horrible desgracia. Es un milagro que ahora
           mismo no esté en el hospital, llena de tubos. Conque no me vengas ahora con si fue
           duro para ti y tu mujer, cerdo.»

               —Desde que murió Zelda, nosotros, nosotros nos hemos volcado con Rachel…
           Siempre tratando de protegerla… y de compensarla. Compensarla por los problemas

           que tuvo con… con la espalda, durante años. Compensarla por no haber estado con
           ella.
               Sí; el viejo estaba llorando de verdad. ¿Por qué tenía que llorar? Ahora a Louis le
           resultaba más difícil aferrarse a su odio puro y simple. Más difícil; pero no imposible.

           Evocó deliberadamente la imagen de Goldman sacando el exuberante talonario del
           bolsillo interior del esmoquin… Pero de pronto, en el fondo, vio a Zelda Goldman, un

           espectro  atormentado  en  una  cama  hedionda,  con  el  rencor  y  la  desesperación
           pintados en su cara grasienta y las manos como garras. El fantasma de los Goldman.
           Oz el Ggande y Teggible.

               —Basta, Irwin, te lo suplico. Basta. No empeoremos las cosas, ¿quieres?
               —Ahora veo que eres una buena persona y que te había juzgado mal, Louis. Oh,
           ya  sé  lo  que  estás  pensando.  Tan  estúpido  no  soy.  Estúpido,  sí,  pero  no  tanto.  Tú

           piensas que te digo todo esto porque ahora ya puedo, oh, sí, ahora ya tiene lo que




                                        www.lectulandia.com - Página 248
   243   244   245   246   247   248   249   250   251   252   253