Page 272 - El cazador de sueños
P. 272
3
Está inconsciente en la parte de atrás de una ambulancia, pero viéndose a sí mismo
desde arriba. He aquí otra novedad, algo que después preferirán no contarle: mientras
le cortan los pantalones, dejando a la vista una cadera que está como si le hubieran
cosido debajo dos pomos de puerta grandes y mal hechos, sufre un paro cardíaco. Lo
reconoce perfectamente porque con Carla nunca se pierden ni un episodio de
Urgencias; hasta ven las reposiciones. Uno de los de la ambulancia lleva en el cuello
un crucifijo de oro, y al inclinarse sobre Jonesy le roza la nariz. El cuerpo que
examina está más muerto que vivo. ¡Joder, que se murió en la ambulancia! ¿Por qué
no le había dicho nadie que se murió en la puta ambulancia? ¿Qué se creían, que no
le interesaría? ¿Que reaccionaría como viniendo de vuelta de todo?
—¡Dale! —vocifera el colega del crucifijo. Justo antes de la sacudida, el
conductor gira la cabeza y Jonesy ve que es la madre de Duddits. Luego le dan con el
potingue y le salta todo el cuerpo, todas las carnes, que habría dicho Beaver. Aunque
el Jonesy que mira no tenga cuerpo, no deja de acusar la electricidad, un impacto
fortísimo que ilumina el árbol de su sistema nervioso como un cohete.
La parte de él que ocupa la camilla salta como un pez fuera del agua. A
continuación se queda quieta. El técnico que está de cuclillas detrás de Roberta
Cavell mira el monitor y dice: —Nada, tío, que no. Dale otra vez.
Justo cuando el otro le hace caso, salta la película y Jonesy está en un quirófano.
No, no es del todo verdad. Está en el quirófano una parte de él, pero el resto
observa desde detrás de un cristal. Hay dos médicos más, pero no parece que les
interesen los esfuerzos del equipo quirúrgico por recomponer a Jonesito. Juegan a
cartas, y tienen encima el atrapasueños de Hole in the Wall moviéndose con el chorro
del aire acondicionado.
Jonesy no tiene muchas ganas de ver qué ocurre al otro lado del cristal. No le
gusta el cráter sangriento de donde había tenido la cadera, ni el hueso roto que se
adivina debajo. A pesar de que en su estado incorpóreo no tenga estómago con que
marearse, se marea. Uno de los médicos que juegan a cartas dice detrás:
—Duddits fue nuestra manera de definirnos. Fue el mejor momento del grupo. Y
contesta el otro:
—¿Tú crees?
Entonces Jonesy se da cuenta de que los médicos son Henry y Pete.
Se vuelve hacia ellos, y por lo visto no es tan incorpóreo como creía, porque se ve
reflejado vagamente en la ventana que da al quirófano. Tiene la piel gris, la cara sin
nariz y unos ojos negros y bulbosos. Se ha convertido en uno de ellos, en uno de
los…
Uno de los grises, piensa. Es como nos llaman: los grises. Algunos también nos
www.lectulandia.com - Página 272