Page 62 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
conmina a Ramón a que se acerque al sitio donde permanecían entusiasmados gracitanos,
quienes esa mañana del mes de Septiembre compartían en un recodo de la vieja plaza.
-Anjá, díganme ustedes para qué soy bueno, dijo Ramón Ordaz dirigiéndose al
grupo, no sin antes darle los buenos días a todos los presentes. Rafael el de Chucho (el
profesor Rafael Ordaz), con mucha elegancia y cierto respeto, pregunta al recién llegado:
¿gusta usted de un palito?, extendiéndole su mano derecha contentiva del pequeño
“pecoro”. -¿Un palito de qué?, pregunta Ramón algo cauteloso. -De Ron Chelía, insiste
Rafael.
-¿De Ron Chelía?, caramba, eso es una reliquia, ¿y dónde encuentran ustedes
todavía ese roncito?, pregunta Ramón a la vez que se inclina el pequeño envase contentivo
del sabroso roncito, producido por don José Elías Alfonso en su época, y Ramón, cerrando
los ojos, exclama: -Aaah, qué sabroso esto… esto es toda una tradición de pueblo,
expresión ésta que aprovecha el profesor Alfredo García para interrogarlo de la siguiente
manera:
-Amigo, perdone, ¿usted es de Altagracia?
-¡Sí, como no!, responde Ramón dando muestras de sentirse orgulloso de su
gentilicio gracitano. ¿Y de qué familia?, interrumpe Santos el de Carmen Picho.
-Pues yo soy gracitano de pura cepa, contestó Ramón con mucho orgullo y muy
seguro de sí mismo; yo vengo siendo hijo de un señor de la calle de allá arriba que
llamaban Toño el de Pastora, contestó Ramón tratando de adaptarse en su expresión y estilo
a sus interlocutores.
-Aayyy, pero si así es, entonces usted es familia de Che Loreto. -¿Y quién es Che
Loreto?, interroga Ramón sin perder el hilo de la amena conversación.
-Che Loreto viene siendo hijo de Eduvigis González y de Anitica la de Ramón Zig-
Zag y Anita Marín.
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