Page 64 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
exhibe el pintoresco puerto de Manzanillo, en cuya playa bailoteaban pequeños
barquichuelos que recibían las naturales caricias de inquietos oleajes obligando a los
pequeños navíos a simular la perfección de un baile de vals.
-Son auténticos peñeros que aguardan el abordaje de los pescadores para levar
anclas y emprender la travesía del anchuroso mar e iniciar una nueva jornada de pesquería,
pensó Ramón, siempre atento a la carretera y manipulando con cierta destreza el volante de
su auto Renault Megane.
Continúa Ramón silencioso su viaje hacia su hogar y esta vez es sorprendido
nuevamente por un pensamiento profundo que simula momentáneamente un auténtico
modular de chuchubes falconianos, pero a tiempo en su pensamiento reacciona, no, no
puede ser, es el trinar de una paraulata llanera, de ese llano anzoatiguiense de mis días
juveniles, y así prosiguiendo su viaje, muy cerca ya de su hogar, siempre absorto, concluye:
-No, no es modular de chuchubes, ni mucho menos un trinar de paraulata llanera; a su
mente recala ahora el auténtico y genuino canto de una chulinga margariteña, canto que tal
vez contagia de alegría y salpica de felicidad a Ramelis y a Daniel, quienes en la paz y el
sosiego que deparan los estantes repletos de buenos libros aguardan su llegada.
Solo así, nuestro Ramón Ordaz cae en cuenta de que está al fin frente a la casa que
sirve de hogar a su bella familia.
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