Page 80 - Osho - El Equilibrio Cuerpo Mente_Lucid
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No pondo énfasis en la dieta sino en la percepción. Come
bien, disfruta lo más que puedas. Recuerda, la regla es que si no
disfrutas la comida, comerás más para compensar. Si disfrutas la
comida, comerás menos, no habrá necesidad de compensación. Si
comes despacio, saboreando cada bocado, masticando bien, te
involucras de lleno en el acto. Comer debería ser como una
meditación.
No estoy en contra del gusto, porque no estoy en contra de
los sentidos. Ser sensible es ser inteligente, ser sensible es estar
vivo. Tus supuestas “religiones” han intentado insensibilizarte,
atontarte. Están en contra del gusto, quisieran que tu lengua fuera
insensible para que no pudieras saborear nada. Pero eso no es muy
saludable; la lengua sólo pierde el gusto en la enfermedad. Cuando
tienes fiebre, la lengua pierde el gusto. Si estás bien, la lengua tiene
sensibilidad; está viva, palpitante, late con energía. No estoy en
contra del gusto. Estoy a favor del gusto. Come bien, saborea bien;
el gusto es divino.
Y así, exactamente como el gusto, tienes que mirar la belleza
y disfrutarla; tienes que escuchar la música y disfrutarla; tienes que
tocar las rocas y las hojas y a los seres humanos –su calidez, su
textura- y disfrutar. Usa todos los sentidos, úsalos de una manera
óptima. Entonces vivirás realmente y tu vida será apasionada; no
será aburrida, estará plena de energía y vitalidad. No estoy a favor
de esas personas que te han enseñado a aniquilar los sentidos;
porque tales personas están en contra del cuerpo.
Recuerda, el cuerpo es tu templo, el cuerpo es una ofrenda
divina. Es delicado, maravilloso y hermoso; aniquilarlo es ser
desagradecido con Dios. Dios te ha dado el gusto; no lo has creado
tú, tú no eres el responsable de tenerlo. Dios te ha dado los ojos y
ha creado este mundo psicodélico tan colorista y te ha dado los
ojos. Permite que exista una gran comunión entre los ojos y los
colores del mundo. Él ha creado todo dentro de una extraordinaria
armonía. No la rompas.
Escucha al cuerpo. El cuerpo no es tu enemigo; cuando dice
algo, actúa en consecuencia porque él tiene su propia sabiduría. No
lo molestes, no hagas un viaje a la mente. Por eso no enseño a
hacer dieta, sólo enseño a tener percepción. Come con plena
consciencia, come meditativamente; entonces nunca comerás
demasiado y jamás demasiado poco. Demasiado es tan malo como
demasiado poco; son los extremos. La naturaleza te quiere
equilibrado, que consigas un equilibrio, que estés en el medio, ni
más ni menos. No vayas a los extremos. En ellos está la neurosis.
Respecto a la comida existen dos tipos de neuróticos: los que
no dejan de comer, desoyendo al cuerpo: éste no deja de gritar: “¡
Basta!”. Pero ellos siguen. Son gente neurótica. Y luego tenemos la
otra variedad: el cuerpo no deja de gritar: “¡Tengo hambre!” y ellos
están a dieta. Ambos son neuróticos, ambos son patológicos,
necesitan tratamiento, deberían internarlos. Una persona sana es la