Page 96 - Deepak Chopra - Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo.
P. 96

96

            En nuestra sociedad, la gente sufre por la sensación de que el espíritu está básicamente separado
         de  él.  El  cuerpo  procesa  comida,  aire  y  agua  a  la  perfección  sin  necesidad  del  espíritu;  la  mente
         piensa en un millón de cosas sin tocarlo. Nos resulta fácil descartar la vida espiritual, a la espera del
         día en que algún salto aún imposible nos saque de la realidad cotidiana para llevarnos a un reino más
         exaltado.
            Todos los aspectos de la realidad son una pieza del misterio, una faceta de la totalidad de lo que
         existe. Átomos, moléculas, rocas, estrellas y el cuerpo humano son expresiones materiales de lo que
         existe.  Placer  y  dolor  son  expresiones  psicológicas  de  lo  que  existe.  La  compasión  y  el  amor  son
         expresiones   espirituales  de  lo  que  existe.  Cuando  se  ponen  en  equilibrio  las  dimensiones  de  lo
         material,  lo  psicológico  y  lo  espiritual,  la  vida  se  convierte  en  un  todo  y  esta  unión  provoca
         sentimientos  de  consuelo  y  seguridad.  Sólo  si  te  sientes  seguro  de  tu  sitio  en  el  universo  puedes
         comenzar a encarar el hecho de estar rodeado de la creación y la destrucción, que se desenvuelven
         constantemente. No se puede desafiar a la entropía como fuerza física, pero es posible elevarse a un
         plano de entendimiento que la entropía no pueda tocar. En el plano más profundo, la inteligencia es
         inmune a la decadencia. Tus células vienen y van, pero el conocimiento de tu cuerpo, que sabe hacer
         células,  sobrevive y pasa de generación en generación. La inteligencia evolutiva corporizada por el
         ADN tiene muchos planos; como seres humanos, nuestra tarea consiste en experimentarlos a todos y
         hacer de cada uno una parte de nosotros mismos.
            En  el  medio  del  cambio,  hay  cinco  percepciones  que  la  entropía  no  puede  afectar.  Están
         expresadas en todas las tradiciones espirituales y forman el núcleo de la evolución personal, era tras
         era:

            1.  Yo soy espíritu.
            2.  Este momento es lo que debe ser.
            3.  La incertidumbre es parte del orden total de las cosas.
            4.  El cambio está impregnado de no-cambio.
            5.  La entropía no ofrece amenaza porque está bajo el control de un infinito poder organizador.

            Estas percepciones son cruciales porque permiten al individuo elevarse por encima del mundo de
         la dualidad, que está inevitablemente atrapado en la batalla de la reacción y la destrucción. Hay una
         perspectiva que el Nuevo Testamento llama «ver con un ojo», estado de unidad en el que todos los
         hechos, por dolorosos o preocupantes que sean en el momento, sirven a un fin, que es inteligente,
         amante   y  ordenado.  Esta  perspectiva  unificada  no  puede  ser  impuesta  a  nadie  hasta  que  su
         conciencia  esté  preparada  para  aceptarla.  Si  te  encuentras  atrapado  en  tu  dolor  y  convencido  del
         drama   de  tu  vida,  ésa  es  tu  perspectiva  y  tienes  derecho  a  ella. Pero todos deseamos poner fin al
         dolor y al sufrimiento; a cierta altura de tu evolución personal, estas cinco percepciones formarán el
         rastro  que  conduzca  a  la  mente  fuera  del  sufrimiento.  Permítaseme  traducir  cada  punto  según  el
         nuevo paradigma.

                                                    1. SOY ESPÍRITU

         Aunque mi existencia física está limitada al espacio y al tiempo, mi conciencia no tiene esos límites.
            Tengo   conciencia  de  todo  el  campo  como  juego  de  creación  y  destrucción.  Materia  y  energía
         vienen y van, encendiendo y apagando su existencia como luciérnagas, pero todos los hechos son
         reunidos y ordenados por la profunda inteligencia que corre por todas las cosas. Yo soy un aspecto
         de  esa  inteligencia.  Soy  el  campo  que  se  despliega  en  los  hechos  locales.  Mi  espíritu  está
         experimentando el mundo material a través de la lente de la percepción, pero, aun si no veo ni oigo
         nada, sigo siendo yo, una presencia eterna de la conciencia.
            En términos prácticos esta percepción se torna real cuando ningún hecho exterior puede conmover
         tu  sentido  del  yo.  Quien  se  sabe  espíritu  nunca  pierde  de  vista  al  experimentador  en  medio  de  la
         experiencia.  Esta  verdad  interior  dice:  «Llevo  la  conciencia  de  la  inmortalidad  en  medio  de  la
         mortalidad.»
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101